Diario de León

NÚMEROS 1

El enfermero que cuida de sus colegas

JACOB GONZÁLEZ GANCEDO. Trabaja en Urgencias del Hospital Clínico de Valladolid y como profesor asociado en la UVA.

Jacob González Gancedo

Jacob González Gancedo

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Estudia el bienestar en el trabajo de las enfermeras y enfermeros, su satisfacción laboral y variables relacionadas con su trabajo que pueden afectar a su salud y a la calidad de sus cuidados, como el trabajo a turnos y el engagement.

«Esperamos obtener resultados que puedan ser de utilidad a la hora de diseñar actividades preventivas de problemas de salud derivados del trabajo en las enfermeras. También creemos que puede ser de utilidad para el desarrollo de programas de mejora en la calidad de los cuidados que las enfermeras y enfermeros brindan a la población», dice Jacob González Gancedo.

Sabe bien de qué habla, porque él es enfermero, además de Premio Extraordinario fin de máster de la Universidad de León, y trabaja como enfermero en el Servicio de Urgencias del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, que compagina como su puesto de profesor asociado en la Facultad de Enfermería de la Universidad de Valladolid.

Jacob González Gancedo forma parte además del Imibic, , el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba, en el grupo de investigación de Cuidados Enfermeros Integrales, perspectiva multidisciplinar. Sobre este tema está haciendo su tesis doctoral dentro del Programa de Doctorado en Biomedicina de la Universidad de Córdoba, dirigido por la doctora Aurora Rodríguez Borrego y la codirectora Elena Fernández Martínez, del departamento de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de León, doctora y miembro del grupo de investigación Salbis.

Ha sido una larga trayectoria hasta llegar aquí. En estudios y en trabajo.

Empezó estudiando el Ciclo Formativo de Grado Superior (Técnico Superior en Dietética) en el IES Fuentesnuevas de Ponferrada. Después, a Diplomatura en Enfermería en la Universidad de León, al finalizar Enfermería estudió Antropología Social y Cultural a través de la Uned. Luego obtuvo la Especialidad en Enfermería Pediátrica. «Lo último que he hecho es el Máster Universitario en Investigación en Ciencias Sociosanitarias de la Universidad de León», explica.

Su currículum laboral no se queda atrás.

«He trabajado en Atención Especializada en varios hospitales españoles, en Atención Primaria, Servicios Sociales y en Colegios de Educación Especial, de Integración o con alumnos que requerían la presencia de personal de enfermería en el centro. Siempre en el ámbito público. También como profesor asociado en la Universidad de León, en las diplomaturas de Enfermería y Fisioterapia, esta en el Campus de Ponferrada», desgrana.

Y, sin embargo, se queja de la inestabilidad laboral, que él también ha sufrido.

«La mayor dificultad que he tenido a la hora de completar mi formación es la inestabilidad laboral, que hace difícil seguir otra carrera. Si ya de por sí supone un esfuerzo trabajar y estudiar al mismo tiempo, el no saber a qué atenerte en el futuro lo complica más. Por otro lado, compatibilizar el trabajo en el hospital y en la universidad con la realización de la tesis, implica tener que sacar tiempo de donde no lo hay», explica.

Jacob, como muchos otros jóvenes de este país, está a la espera de futuro.

«Muchos de los profesionales de Enfermería nos encontramos a la espera de nuevas Ofertas Públicas de Empleo. Obtener una plaza da más estabilidad, lo cual es bueno tanto para la vida profesional como la personal. Espero, por lo menos, poder continuar trabajando», se conforma.

Ha pensado, claro, en irse fuera del país. «Muchas veces», confiesa.

«Por motivos profesionales y personales», puntualiza.

«Me gustaría ver el trabajo enfermero en otros países y ver cómo se organizan a nivel de gestión, asistencial y académico. Con la tesis tengo la oportunidad de salir temporalmente al extranjero y quiero aprovecharla. Creo es algo muy positivo el poder interaccionar con investigadores de fuera», explica.

Aunque en realidad, su sueño es seguir aquí, y en la sanidad pública. «Pero con más estabilidad y tratando de mantener la labor investigadora. El ámbito de la docencia también me resulta interesante, por lo que podría ser otra salida», desgrana.

«Me gustaría finalizar mi tesis doctoral y trabajar con otros tipos de investigación como por ejemplo la Investigación Cualitativa. En un futuro me interesaría trabajar también desde el ámbito de la Antropología Social y Cultural», añade Jacob.

Pese a su currículum, no sorprende que no haya logrado aún cumplir su sueño de tener un trabajo estable. En realidad, es la tónica del país,

«Gracias a la titulación de diplomatura en Enfermería he trabajado mucho desde el primer momento, pero estos trabajos siempre han sido temporales y he tenido que moverme bastante de ciudades. El resto de la formación me ha servido para obtener algo de puntuación en los baremos de las bolsas de empleo, aunque opino que no es suficiente. Deberían reconocerse más estos méritos. Es desmotivador que no lo hagan. Además, hay diferencias entre las bolsas de empleo de las distintas comunidades a la hora de reconocer estos méritos», explica.

Ve a sus «compañeras enfermeras» —así se refiere a los profesionales de la Enfermería de ambos sexos— muy concienciada y fuertemente identificada con su trabajo. Esto es muy bueno. Por otro lado parece haber un interés creciente por la investigación dentro del campo de la Enfermería. Esto también repercute positivamente en la profesión ya que ayuda a visibilizarla. Es una acción muy acertada por parte de los centros el incluir Unidades de Apoyo a la Investigación y formación relacionada a este respecto. Se consigue que el proyectar un trabajo de investigación parezca más accesible para todo aquel interesado y se fomenta su realización», dice.

Luego, carga contra los recortes.

«La sanidad sufre mucho y esto no nos afecta solamente a los trabajadores. El usuario también se ve afectado. Sin duda esto repercute negativamente al paciente en particular y a la sociedad en general. En el caso de enfermería, parece patente que en España el ratio enfermera por habitante es más bajo que en otros países de la Unión Europea. Si a esto le sumamos políticas de recortes en sanidad y en educación, es evidente que la calidad de los cuidados se verá mermada. Por ejemplo, un estudio de 2014 publicado en The Lancet (Aiken et al), sugiere que la carga de trabajo y la formación del personal de enfermería repercute directamente sobre el paciente», explica Jacon González Gancedo.

«Creo que la financiación destinada a investigación es insuficiente en general. También me parecen escasas las oportunidades para intensificar la labor investigadora de aquellas personas que se encuentran trabajando a jornada completa. Además, los requisitos necesarios para optar a ello son muy exigentes. Opino que esta exigencia es muy necesaria. Lo que resulta paradójico es que luego, en los baremos de las bolsas de empleo, estos requisitos se encorseten en un apartado muy limitado que no hace justicia al esfuerzo que supone conseguirlos», zanja.

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