Diario de León

El Kremlin toma el control de las costas y bloquea la salida de Ucrania al mar

Las tropas rusas controlan el litoral del Azov y se aprestan a ocupar el área del Negro con la intención de crear un corredor hasta la Transnistria moldava

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Colpisa

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Como resultado de la acción combinada de las tropas rusas y las fuerzas separatistas de Donbass, el Ejército ucraniano perdió este martes prácticamente el control de la importante ciudad portuaria de Mariúpol, en el mar de Azov y perteneciente a la parte de Donetsk que hasta ahora había controlado Kiev. En la víspera tampoco pudo hacer nada para retener la vecina Berdiansk, situada a orillas de este mismo mar interior.

El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konáshenkov, informó de que "el acceso de las tropas ucranianas al mar de Azov ha quedado bloqueado totalmente" Las unidades separatistas tomaron directamente las localidades de Ivanovka, Talakovka, Starodúbovka, Berestovoye y Belotsérkovka. En el caso de Mariúpol, el potavoz añadió que fueron empleadas "armas de alta precisión y de largo alcance desde el mar contra dos aeródromos y tres puestos de radar de la defensa aérea" ucraniana.

Los rebeldes prorrusos llamaron primero a la población de Mariúpol a abandonar la ciudad para ponerse a salvo de los combates a través de "corredores humanitarios" creados al efecto. Eduard Basurin, portavoz de los separatistas, declaró que la ciudad está rodeada y sus habitantes tienen hasta hoy para desalojarla. Después lanzarán una operación contra los posibles focos de resistencia que permanezcan en su interior. Su gobernador, Pavlo Kirilenko, informó de que la ciudad se había quedado sin electricidad y añadió que Volnóvaya, una población de unos 20.000 habitantes situada al norte de Mariúpol, "ha sido completamente destruida".

La vecina Berdiansk ya fue tomada en gran parte por las tropas de Moscú durante el pasado fin de semana. Ayer, las tropas entraron en el edificio del Ayuntamiento. Tras la caída de Melitópol, hace escasos días y toda la parte sur de la provincia de Jersón, los esfuerzos del dispositivo militar ruso se concentran ahora en Zaporiyia, cuyo ayuntamiento ha sido requisado.

Sin acceso al cementerio

La agencia ucraniana UNIAN cita los testimonios de los concejales que se quejan de la situación humanitaria de la ciudad, completamente desabastecida, y del hecho de que los militares rusos hayan prohibido el acceso al cementerio, lo que impide dar sepultura a los caídos en los combates de los últimos días.

La ciudad de Jersón también está siendo objeto de un severo asedio de las tropas rusas. Su alcalde, Ígor Kolijáyev, señaló ayer a través de Facebook que "el Ejército ruso está instalando puestos de control en las entradas al casco. Es difícil decir cómo evolucionará la situación". La agencia ucraniana Ukrinform aseguraba más tarde que el "asalto a Jersón, completamente rodeada, ha comenzado".

Las tropas invasoras se encuentran ya a las puertas de la ciudad Nikoláyev, desde donde podrían acometer el avance hacia Odessa. Los jefes militares de Donbass hace tiempo que no ocultan que la intención última es ocupar todo el sur de Ucrania, hasta llegar al enclave separatista moldavo de Transnistria, que quedaría conectado por tierra con Donetsk y Lugansk, en el otro extremo del país. De esta forma, Ucrania perdería también el acceso al mar Negro y quedaría convertido en un país interior. (((DESPIECE))) Zelenski denuncia crímenes de guerra tras el bombardeo de la ciudad Moscú, 1 mar. (COLPISA, R. M. M.).

El presidente Volodimir Zelenski denunció este martes que Rusia ha cometido crímenes de guerra y en particular el "brutal" bombardeo sobre Járkov. Por ello solicitó una zona de exclusión aérea para misiles, aviones y helicópteros rusos. "Hoy (este martes) las fuerzas rusas han disparado brutalmente sobre Járkov. Es un crimen de guerra evidente", afirmó en un discurso televisado. "Járkov es una ciudad pacífica, sin instalaciones militares. Decenas de relatos de testigos demuestran que no son disparos perdidos sino una destrucción intencionada", explicó. "Es una violación de todas las convenciones", advirtió.

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