Diario de León

un millar de afectados en todo el país

La estafa piramidal de ARC Global Trader atrapa a un grupo de inversores leoneses

Las acusaciones esperan que la Audiencia Nacional se haga cargo del caso de presunto fraude de 17 millones de euros.

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maría j. muñiz | león

Un grupo de inversores leoneses, además de otros de Zamora y Valladolid, (alrededor de una veintena, algunos con relación familiar entre ellos) forman parte de los afectados por la presunta estafa piramidal de la empresa ARC Global Trader, montada por Andrés Raúl Cano Olivares y que contaba con un equipo de 33 comerciales. Seis de los dirigentes de este entramado, que hace casi un año fue advertido como ‘chiringuito financiero’ por la Comisión Nacional del Mercado de Valores, están llamados a declarar la próxima semana para intentar aclarar dónde está el dinero que los inversores les entregaron, y que este verano no fueron capaces de devolverles.

Mientras tanto las acusaciones que llevan la defensa de los intereses de los inversores confían en que la Audiencia Nacional se haga cargo de manera inmediata de la tramitación del caso, después de que el Ministerio Fiscal haya solicitado la inhibición del Juzgado de Instrucción Número 10 de Madrid, que ha dirigido la investigación, dada la dispersión geográfica de los afectados y la suma que se reclama a los gestores de las empresas denunciadas.

Según calculan desde el despacho madrileño Durán & Durán Abogados, que lleva el caso de la mayor parte de los denunciantes, el número de afectados podría superar el millar. La cantidad total que depositaron ronda los 17 millones de euros.

altas rentabilidades

La investigación llevada a cabo hasta ahora por la Brigada de la Policía Judicial adscrita a los Juzgados de Instrucción y por la Sección de Fraude Financiero de la Udef señalan que las sociedades ARC Global Trader y ARC Insurance Broker, de las que era administrador Cano, tenían como fin «captar capitales para su posterior inversión en los mercados financieros, ofreciendo rentabilidades muy superiores a las que daban las entidades bancarias». Ofrecían una media del 4% semanal; y hasta del 10% mensual para los inversores del banco que pretendían constituir en España.

Para ello firmaban contratos de inversión y de participación de duración anual, «cuyos beneficios se repartían el 70% para el inversor y el 30% restante para la mercantil». La jueza señala que «llegada la fecha de vencimiento se convencía al inversor para reinvertir tanto el principal como los intereses en la fundación de un banco llamado ARC Bank», del que aseguraban que estaban esperando la licencia de la Reserva Federal de Estados Unidos para operar en Europa a través de una sede en Luxemburgo, y en España con la autorización del Banco de España.

La investigación (con un exhaustivo análisis de los movimientos en todas las cuentas y paraísos fiscales donde se movía el dinero) concluye que las cantidades ingresadas en ARC eran transferidas a otras mercantiles administradas por él y el grupo de directivos más próximo; y a inversiones a través de la plataforma GKFX y en moneda extranjera. Y que «bajo la cobertura de haber invertido retiraban cantidades, cuando no existían beneficios que justificaran los rescates y rentabilidades». De hecho, hasta sus familiares tenían acceso y retiraban dinero de esas cuentas.

Por todo ello se les reclama un presunto delito de fraude, estafa y apropiación indebida.

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