Diario de León

Terrorismo

La etarra que ordenó matar a Cortizo vuelve al banquillo

La Audiencia juzga a Anboto por el asesinato de dos policías en 1987

La dirigente de ETA Soledad Iparraguirre, Anboto, en la Audiencia Nacional. CHEMA MOYA

La dirigente de ETA Soledad Iparraguirre, Anboto, en la Audiencia Nacional. CHEMA MOYA

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La autora intelectual del atentando que acabó con la vida del comandante Luciano Cortizo , el 22 de diciembre de 1995, cuando su coche se paró en el semáforo de Ramón y Cajal, justo antes del cruce con Renueva, volverá a sentarse en el banquillo de los acusados. La exdirigente etarra Soledad Iparraguirre, Anboto , será juzgada en la Audiencia Nacional el próximo jueves acusada de haber accionado el artefacto explosivo que acabó con la vida de dos agentes de la Policía Nacional en el Alto de Armentia de Vitora, el 6 de agosto de 1987. Con este son ya una decena los juicios a los que se ha sometido en la Audiencia Nacional tras su entrega por Francia en 2019. Ya ha sido condenada en la mayoría de esas causas a penas que suman siglos de cárcel, en las últimas ocasiones tras alcanzar un acuerdo de conformidad con la Fiscalía en acusaciones como haber ordenado el asesinato del rey Juan Carlos en la inauguración del Museo Guggenheim de Bilbao en 1997. En el que se juzgaba el atentando de Cortizo , la etarra fue condenada a 122 años de prisión por ordenar el asesinato, cometido por Sergio Polo. 

Accionó a distancia el explosivo

En este nuevo juicio, la Fiscalía le acusa de haber sido quien accionó a distancia el artefacto explosivo que mató a los dos policías y le pide 80 años de cárcel por un delito de atentado con finalidad terrorista y con resultado de muerte (30 años de prisión), otro de asesinato con finalidad terrorista (30 años) y un tercero de asesinato frustrado (20 años). En sus conclusiones provisionales, el fiscal señala que Anboto, cuando era integrante del comando Araba de ETA , «con la finalidad de acabar con la vida de los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía que habitualmente acudían a una fuente sita en el Alto de Armentia de Vitoria, participó en la preparación de un artefacto explosivo». 

La bomba estaba compuesta por unos 36 kilos de amonal y unos 40 de metralla, y Anboto, «junto con el resto de miembros del comando», la ubicaron en una carretera de acceso a la citada fuente. «La acusada era consciente de que con dicha acción podía ocasionar la muerte de cualquier otra persona que se encontrara en las inmediaciones, y desperfectos en los bienes a los que alcanzare la onda expansiva, lo que asumió», destaca el escrito del fiscal de la Audiencia Nacional, donde Anboto ya es una vieja conocida.

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