Cinco países le disputarán a León el Centro Europeo de Ciberseguridad

Las capitales de Luxemburgo, Bélgica, Rumanía y Lituania, además de una ciudad de Polonia, aún por determinar, competirán con León por el Centro Europeo de Ciberseguridad. La decisión no se sabrá hasta principios de 2021 y dependerá de los apoyos que consiga recabar el Ejecutivo de Pedro Sánchez a lo largo de las próximas semanas.

Hace casi cuatro meses el Consejo de Ministros propuso a León como posible sede y a finales de septiembre la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, Carme Artigas, lanzó la candidatura desde la antigua estación de trenes, donde se ubicará, si los países miembros eligen a España, este organismo. Entonces apenas se conocían el resto de aspirantes aunque ya se advirtió en aquella presentación que Bruselas sería uno de los rivales más duros. Ahora también se han sumado a esta carrera Luxemburgo, Bucarest, Vilna y Polonia, según confirmaron ayer desde la secretaría de Estado.

Este nuevo centro, que cuenta con seis pretendientes, de momento, coordinará todas las investigaciones en materia de ciberseguridad, un campo en el que León ocupa un lugar de referencia gracias al Incibe, que será una pieza capital dentro del engranaje que mueve la propuesta de la ciudad frente a los planes que elevarán el resto de contendientes.

El proyecto que ha presentado en Bruselas el ministerio que dirige Nadia Calviño avanza una inversión de 36,7 millones de euros en los cinco primeros años y la creación de 55 empleos directos de alta cualificación. Contempla dentro de ese montante un gasto de siete millones para adaptar el edificio de la antigua estación a su nuevo uso. En él se localizarán las oficinas, un auditorio y un vivero de empresas de ciberseguridad.

El mantenimiento de las instalaciones costará 500.000 euros, según prevén los técnicos ministeriales, que calculan, entre gasto corriente y nóminas, una inversión de 5.956.250 euros anuales. Si finalmente llega a León, la ciudad recibirá de la Unión una partida importante para financiarlo. Hay más de 4.000 millones de euros destinados a las acciones que emprenderán los diferentes países en este área.

En la actualidad, Europa es un importador neto de productos y soluciones de ciberseguridad y depende en gran medida de proveedores de otros continentes. Esta actividad mueve un mercado de 600.000 millones y se espera que en los próximos años crezca de media un 17% en términos de empresas, ventas y empleo, según las estimaciones oficiales.

Para España, la ciberseguridad es «un área estratégica» sobre la que pivota buena parte de la recuperación económica, sobre todo tras la pandemia, que ha acelerado la transformación digital en todo el territorio nacional.

La elección de la sede, que debería llegar en los primeros meses del próximo año, «se determinará mediante un procedimiento democráticamente responsable, aplicando criterios transparentes y de conformidad con el Derecho de la Unión», según se cita en las enmiendas incluidas al reglamento del organismo el 13 de marzo del 2019 en Estrasburgo, cuando se oficializó que, como ya se había avanzado en enero de ese mismo ejercicio, no se fijaría de manera directa la sede en Bruselas, como se planteó en septiembre de 2018 en la reunión inicial celebrada en Salzburgo.