La Guardia Civil reduce a chatarra 880 armas y otros objetos peligrosos

La Guardia Civil se desplazó ayer a Asturias para proceder con uno de sus acometidos anuales: la destrucción de material. Casi novecientas armas de fuego, piezas y otros objetos peligrosos se convirtieron en morralla mediante a través de la fundición.

Este proceso de reducción a chatarra de todos los despojos —que habían sido depositados, por diferentes motivos, en las Intervenciones de Armas y Explosivos de la provincia— se llevó a cabo en una empresa de fundición de acero ubicada en el Principado de Asturias. El protocolo de ‘reciclaje’ estuvo en todo momento controlado bajo la supervisión y seguimiento de la Guardia Civil de León. Concretamente, fueron 880 los objetos derretidos. Anualmente La Benemérita, una vez que logra obtener las autorizaciones, realiza los trámites pertinentes y llega a cumplir con los plazos de depósito establecidos, procede a la destrucción de todas aquellas armas que han sido intervenidas. La mayoría de estas suelen acabar en manos de la Guardia Civil bien por estar prohibidas, o por haber sido utilizadas en la comisión de hechos delictivos o infracciones administrativas. Igualmente, todas aquellas que han sido depositadas voluntariamente por sus propietarios por dejar de reunir los requisitos exigidos para la obtención de las correspondientes licencias de armas, también terminan en la unidad de Intervención de Armas y Explosivos.