León y Asturias, 70 años después

Aquello del Gobiernín duró lo que estuvo en pie el Frente Norte. Apenas dos meses, que empezaron a contar tal día como hoy hace 70 años, cuando se hizo oficial la Declaración de soberanía del Consejo de Asturias y León, ya con buena parte de los balcones consistoriales de la provincia leonesa adornados por banderas rojigualdas con el águila imperial y de hilo musical el Cara al sol. Franco estaba a vista de pájaro y el poder de la República se acurrucaba en Valencia. «Caracteriza a una ciudad o región sitiada la desaparición de líneas divisorias entre lo civil y lo militar. Todo se funde en la estrechez de combatir por salvar la propia vida. No queda espacio detrás del frente para actividades propias de la paz. No hay frente militar y retaguardia civil: todo es frente», reza la declaración, que se encontró incluso con el rechazo de la República dirigida por Azaña, quien acusó a «los directores del cotarro asturiano» de rebelarse contra el Gobierno. El Consejo Interprovincial de Asturias y León, presidido por el secretario del Soma, Belarmino Tomás, asumió «la plena responsabilidad del mando soberano en el territorio de su autoridad», que comprendía un área geográfica que por última vez en la historia se mantuvo unida administrativamente: luego vino el largo camino de la dictadura franquista y, después, con la democracia a lomos del país, el reparto del mapa en distritos autonómicos marcados por criterios ajenos a la historia y la cultura en el caso leonés. La independencia autonómica del Gobiernín de Asturias y León se cerró con la entrada en Gijón de las tropas de Franco, el 21 de octubre. Terminaba la campaña del norte y el periplo de un consejo que llegó a contar con moneda y timbre propios. Ese papel ya no cuenta. Ese papel tan sólo es historia.