«Toca deshacer excesos, y régimen de política monetaria»

«Hace 30 años el mercado nos enseño que la renta fija no es fija. Y durante el último lustro, gracias a las políticas de intereses negativos, hemos aprendido que hay un momento en el que la renta fija no es renta. El ahorrador conservador ha sido en este tiempo el gran perjudicado, frente a los hipotecados, los amantes del riesgo y todos los endeudados». Según explica Juan Ramón Caridad, director general de GAM para Iberia y Latinoamérica, «ahora toca deshacer excesos y sobrellevar sus efectos secundarios. Ponerse a régimen de política monetaria».

Caridad lamenta que la inflación «es más una migraña que un dolor de cabeza temporal, y complica más la situación en un mundo altamente endeudado». Aunque advierte de que «no todo son malas noticias». Ahora la renta fija «sí es renta, y están floreciendo multitud de tipos de bonos con cupones próximos al doble dígito, que van a ser claves para cicatrizar las heridas patrimoniales que están dejando las subidas de tipos de interés en la riqueza de los inversores».

El gestor señala además que «es ilusionante ver que hay fondos capaces de sacar partido a los altos niveles de precios, la subida de tipos y la dispersión de las políticas de los bancos centrales y del deseo de muchas compañías de fusionarse en ese entorno. No todo cae. Hay categorías de fondos con resultados muy positivos incluso en este horrible 2022. La diversificación bien entendida o la descorrelación, si se prefiere un término más afinado, vuelve a ser clave».

Con este entorno, el director general de GAM para Iberia y Latinoamérica destaca «las tres grandes lecciones que nos deja 2022: la renta fija no es fija, pero ahora sí es renta; toda rentabilidad implica un riesgo, pero cuantos más riesgos distintos tengamos en cartera mejor será la relación para invertir y, por último, es en tiempos de crisis donde se generan las grandes oportunidades. Por eso es más importante que nunca que pongan a un asesor financiero en sus vidas...».