Diario de León

La Variante se bautiza con el agua de León

-El daño causado por la tuneladora sigue sin restañarse tras más de una década de fugas continuas de 500.000 litros diarios

Tramo de la nueva línea de tren que se va a estrenar esta semana. FERNANDO OTERO

Tramo de la nueva línea de tren que se va a estrenar esta semana. FERNANDO OTERO

León

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Los 4.000 millones de euros y dos décadas empleados en armar la Variante entre León y Asturias esconden dos referencias para la ingeniería: una, por la obra de los túneles ferroviarios bajo la cordillera y la segunda, con la audacia para evitar que el agua que escapa en torrente de León por los acuíferos rotos de la máquina tuneladora no entre en la vía del tren.

Ahí está el logro, que permitió que el daño ambiental al ecosistema de la montaña leonesa, a los valles del alto Bernesga y la Tercia, a los recursos hídricos de la zona, a la capa freática en decenas de kilómetros en el área de influencia, dejara de ser un problema en el momento que se sellaron las grietas por las que el agua accedía al interior de los túneles, para compartir con el tren el camino hacia la vertiente asturiana.

Este argumento de que el reventón en los acuíferos leoneses es un tema menor para las autoridades forma parte de una de las respuestas con las que desde el Gobierno se despachó una de las preguntas parlamentarias que se elevaron para acotar cuánto iba a disponer el ministerio de obra pública o de medio ambiente, para revertir las fugas y compensar los daños, que en más de diez años han acumulado tiempo para alcanzar una cuantía respetable . Por el agua que se va de la cuenca leonesa a través del envoltorio ferroviario, y por las consecuencias fatales que deja en la economía del norte de León, privada por la imprevisión del impacto ambiental de una tuneladora a través de veinte kilómetros de cordillera de un bien elemental.

Daño reiterado
El estreno de la estructura se completará esta semana sin atender la catástrofe en León

Ninguna de las medidas para enmendar las consecuencias se ha llevado a efecto; el tren realizará servicios comerciales de viajeros el próximo jueves. Y ese día tampoco habrá retornado un solo litro de agua entre el medio millón que a diario se va vereda del tren abajo, por la caída de la pendiente de la cordillera que abrieron las máquinas hacia el territorio asturiano. Medio millón de litros cada día, de medio centenar de acuíferos y manantiales rotos, en una devastación ambiental que no ha motivado ni una mínima sanción por parte de las autoridades competentes; ni a nivel nacional ni europeo, a pesar del celo que muestran los organismos de la Unión Europea cuando se trata de atacar excesos en materia ambiental. El último ejemplo, la pasada primavera, puso contra las cuerdas la gestión del agua en Doñana. El agua de León que corre por el túnel ferroviario no basta para importunar la paz administrativa que ambienta la próxima fiesta que se prepara esta misma semana para estrenar la gran obra ferroviaria de la Variante de Pajares. Se cumplirán los peores pronósticos, de hace una década, cuando los afectados denunciados por primera vez los efectos de una sequía sobrevenida por el capricho de una intervención mal planificada, y aventuraron que antes de que circulara el tren no habrían visto de vuelta el agua a las lomas leonesas.

Tampoco ha servido para enmendar el desajuste con las fuentes y los cauces la modificación de la declaración de impacto ambiental de la obra, veinte años después, en la que se asumen las demandas de los pueblos leoneses para devolver el agua, a través de bombeos desde la desembocadura de las fugas en los riachuelos de la vertiente asturiana, una vez que quedó claro que las filtraciones y fugas no se podrán eliminar jamás.

Negativa
Una corrección al impacto ambiental dispone un bombeo de retorno; Transportes lo ve caro

El Ministerio de Transportes se ha opuesto a este proceso del bombeo para devolver al agua a León; una forma de restañar parte del daño a León es una disposición dictada desde Medio Ambiente que, al parecer, no está dispuesto a asumir otro departamento gubernamental.

En las fugas del agua de León a Asturias por efecto letal de la tuneladora de los túneles ferroviarios, es otro ejemplo del agravio administrativo político con el territorio leonés. Un representante de una de las localidades leonesas afectadas directamente por el corte de los manantiales reflexionó en alto hace unos meses sobre esta situación límite: «Falta imaginar, por un momento, que una obra para mejorar las comunicaciones con León iba a causar tal destrozo en otro territorio sin que se tomen las medidas adecuadas y el proceso siga adelante, como si nada».

En esa misma tesitura, la clase política leonesa dio otro ejemplo de determinación para responder y enfrentarse al daño ocasionado.

Esta semana se convoca a una celebración con fastos por la apertura de una nueva vía de tren; un gran acontecimiento que vuelve a pagar León con un precio demasiado caro. El estreno de los túneles del tren se bautiza con agua de León, que la intervención le roba a los leoneses.

 

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