Villaquilambre ampliará su pujante polígono al condonar 1,4 M€ a Nava

La dramática situación económica que arrastra la junta vecinal de Navatejera, la más rica en suelo de la provincia pero con una bola de deuda de 1,4 millones de euros que está hundiendo a este ente local, podría solventarse con una curiosa pirueta municipal. El Ayuntamiento de Villaquilambre enarbola una propuesta para salir al rescate de su emblemática pedanía que pasaría por liberarla de toda su carga morosa a cambio de terrenos en el polígono industrial.

De hecho, el Ayuntamiento puede maniobrar en el presupuesto de este año para dedicar 1,4 millones a comprar las hectáreas de la segunda fase del polígono a Navatejera. Una medida que, a juicio del concejal de Hacienda, Lázaro García Bayón, daría aire a las arcas de la pedanía y podría aprovecharse, además, para impulsar el desarrollo de los 600.000 metros cuadrados reservados en el Plan General de Ordenación Urbana para la expansión del vivero .

El expediente se ha iniciado, pero quedan flecos desde que se lanzó la propuesta en mayo en la comisión mixta entre ambas entidades y se materializó por escrito el 25 de julio bajo el epígrafe «financiación y disposición de los terrenos de la junta vecinal de Navatejera en el polígono industrial para su desarrollo».

En el escrito se indica que es necesario «un expediente de rectificación de cabidas y de coordinación de catastro y registro, previas a las licencias de agrupación y segregación» de los terrenos, además de la relación de deudas pormenorizadas de Navatejera y el importe que se desee financiar con cargo a la venta directa de suelo. La pedanía debe, además, adoptar los acuerdos de venta directa y aprobar un convenio con Villaquilambre.

El 27 de septiembre, la junta vecinal envió una alegación al Ayuntamiento matizando la relación de deudas, lo que ha sentado como un jarro de agua fría al concejal de Promoción Industrial y Economía, Mario Valladares, porque entiende que la pedanía «da largas y contesta manzanas traigo a nuestra propuesta de ayudarles a solucionar el grave problema que tienen de deuda».

Valladares insiste en que «como Ayuntamiento podemos hacer mucho por ellos, pero nos cansamos de proponer y encontrarnos con que quieren dilatar los procesos para usarlo políticamente». Sin embargo, la junta vecinal asegura que «donde haya que firmar esa solución se firma», y matizan que solo han querido poner de manifiesto que si acceden a una operación de esa envergadura para desprenderse de dos parcelas gigantescas en el polígono, el Ayuntamiento tenga en cuenta la deuda real de Nava para elevar en la medida de lo posible el precio del metro cuadrado para poder limpiar totalmente la deuda en la venta.

También el portavoz del PSOE, Jorge Pérez, asegura que el partido es favorable a la operación de saldar la deuda de Nava a cambio de terrenos «para que los que vengan no se encuentren con los mismos problemas que esta junta vecinal y la anterior», al igual que apoya la expansión del vivero.

No obstante, el concejal de Promoción Industrial reconoce «el enfado municipal por la actitud de la junta vecinal en la mayoría de gestiones comunes» y «las trampas a las que nos tienen acostumbrados para ralentizar la cesión de terrenos para el centro de salud o el instituto», asegura.

Cuestiones que la pedanía niega y puntualiza que lo que existen son problemas burocráticos porque una junta vecinal con deudas es más complicado que ceda gratis parcelas por el interés común porque sus acreedores pueden reclamar.

La tensión entre la junta vecinal de Navatejera y el Ayuntamiento de Villaquilambre por la situación económica de la pedanía no es nueva. El ente local lleva varios años en una espiral de deuda que se vio agravada durante la pandemia y que desembocó el pasado 1 de febrero en el traspaso a manos municipales de la gestión de la joya de la corona, el polideportivo, en un intento de salvar el servicio y los 17 contratos de la plantilla.

Sin embargo, al levantar las alfombras de las instalaciones han aparecido más deudas de las previstas y la Seguridad Social, Hacienda y el juzgado reclaman ahora casi 200.000 euros al Ayuntamiento «como entidad responsable solidaria» de las nóminas y el IRPF que no abonó Nava en su día, además de los impagos al suministrador de gas que decidió cortar el grifo, lo que está dificultando la reapertura de las piscinas.

Mario Valladares entiende que «les ayudamos a solventar la situación del Polideportivo asumiendo la gestión desde el propio Ayuntamiento y ahora nos encontramos con que se olvidaron de una deuda de 40.000 euros del gas que lógicamente nos ha impedido dar de alta el suministro hasta que se salde ese agujero y como la cantidad supera la cifra de contratación pública, hemos tenido que licitarlo». Una gestión que se resolvió en verano.

El equipo de Gobierno municipal cree que hay que «jugar en la misma liga por el beneficio de los ciudadanos y de la salud económica de la junta vecinal y es necesario buscar puntos de encuentro».

El Ayuntamiento y la pedanía al menos ven en el impulso de la segunda fase del polígono la solución a las deudas de la junta vecinal.