Diario de León

INCENDIO EN LA CABRERA

'No pueden con el fuego'

Fuera de control el incendio de La Cabrera: hay ocho nuevos focos en Encinedo, que amenazan al pueblo después de provocar el desalojo de Losadilla, Trabazos y Forna

El fuego en Truchillas, ayer antes de la caída de la tarde. DL

El fuego en Truchillas, ayer antes de la caída de la tarde. DL

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SUSANA VERGARA PEDREIRA / AGENCIAS | REDACCIÓN
León

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No pueden con el fuego. El incendio de La Cabrera está fuera de control. Ha abrasado ya casi 10.000 hectáreas y avanza sin apenas nada que se le interponga en su camino. Que La Cabrera no puede con el fuego lo dicen, acongojados, los vecinos, que observan con impotencia la magnitud de las llamas y su proximidad a los pueblos. Y lo ratifican las brigadas contra incendios, que se juegan la vida en medio de un infierno de fuego, humo, calor y desolación.

Ocho nuevos focos amenazan Encinedo, que podría tener que ser evacuado como han sido desalojados hasta el momento los vecinos de Losadilla, Trabazos y Forna entre ayer y hoy, y antes que ellos los de Santa Eulalia y Truchillas. Todos han podido regresar a sus casas excepto los de Trabazos, que siguen alojados en el polideportivo de La Baña.

La situación es tan complicada que desde el Puesto de Mando Avanzado, instalado entre las localidades de Iruela y Quintanilla, se pide reiteradamente prudencia, mucha prudencia, y "extremar todas las precauciones". Es un llamamiento a los 700 profesionales que luchan desde el lunes por la noche contra el fuego. Se trata de evitar desgracias personales. De mantener la seguridad en tierra no sólo de los vecinos, también de los brigadistas y los militares de la UME y en el aire, de los pilotos de hidroaviones y helicópteros. Porque si en tierra lo que se vive es un infierno, los medios aéreos se enfrentan a la dificultad de un humo espeso y asfixiante que impide su visibilidad.

Las otras pérdidas, las naturales, se dan ya por hechas. Se han quemado algunos corrales y casas abandonadas y el fuego ha llegado hasta la entrada de los pueblos. Sus vecinos son conscientes ya de que nada volverá a ser lo mismo. Han perdido su paisaje de referencia. Y con él, bienes naturales de valor incalculable. Eso, y la muerte de los animales que viven en los montes. Los directamente afectados por el incendio y los que han huido y están fuera de su hábitat. Hay ya corzos con sus crías merodeando las carreteras, desubicados y sin alimento ni agua.

Está además el temor a que el fuego acabe con todo. Las escenas vividas estos días no se olvidan. Lo resume bien una vecina octogenaria de Iruela, que lleva tres noches sin dormir. Cada vez que cierra los ojos, se despierta sobresaltada. "Tengo pesadillas", dice.

En La Cabrera trabajan cuatro aviones anfibios Canadair, de 5.500 litros de capacidad de descarga procedentes de las bases de Torrejón (Madrid), Talavera la Real (Badajoz) y Matacán (Salamanca). A ellos se suman las labores de otros dos aviones anfibios, de 3.500 litros, de la base de Rosinos (Zamora). El Mapama ha movilizado dos helicópteros Kamov, de 4.500 litros con base en Plasencia de Cáceres y Villares de Jadraque (Guadalajara), así como seis helicópteros de transporte y extinción de las brigadas de refuerzo en incendios forestales (BRIF) de Tabuyo del Monte, Tineo (Asturias) y Lubia (Soria. El Ministerio también ha enviado a la zona un avión de comunicaciones y observación (ACO), desde la base de Valladolid, y una unidad móvil de análisis y planificación, de León. Un despliegue aéreo al que se suman en tierra 27 cuadrillas de tierra, cuatro cuadrllas nocturnas, siete brigadas helitransportadas y cuatro brigadas de refuerzo del Mapama junto a 11 autobombas y 11 bulldozer que no descansan para hacer cortafuegos, 20 técnicos y 29 agentes medioambientales. La Unidad Militar de Emergencias (UME) participa con dos unidades y 300 hombres.

El humo y el fenómeno llamado inversión térmica, que habían impedido el trabajo de los helicópteros a primera hora de la mañana, dieron a mediodía una tregua y permitieron trabajar sin descanso aunque con dificultades por la falta de visibilidad y la densidad del humo. Complica también su trabajo la inversión térmica, una corriente de aire fría y otra caliente que provoca un efecto similar al de una chimenea y hace que las llamas alcancen más altura aún, además de que impide al humo ascender.

La alerta es máxima entre quienes luchan contra el fuego porque las previsiones apuntan a un incremento importante de la velocidad del viento, con rachas de hasta 25 kilómetros en algunas zonas. Renace el temor a que se reavive 'el mar de rescoldos' y extienda de nuevo el fuego en las 10.000 hectáreas ya abrasadas. Las condiciones meteorológicas elevan además la probabilidad de ignición y por tanto de que ante una pequeña chispa se pueda producir un incendio con grandes posibilidades de propagación.

Se mantienen en la zona las condiciones de riesgo para la población. Esta circunstancia se debe a la "extrema" dificultad de control de los frentes activos a causa de la orografía abrupta de la zona, el viento cambiante y la extrema sequedad de la cubierta vegetal.

El riesgo de incendios forestales se agravó hoy a partir de la 1 de la tarde, como estaba previsto, y lo seguirá haciendo mañana por el aumento de la velocidad del viento, la disminución de la humedad relativa y un incremento de la inestabilidad atmosférica, ante lo que la Junta recomienda a la población que extreme la precaución y solicita su colaboración ante cualquier sospecha de incendiarios.

Brigadistas y vecinos ayer por la tarde en Truchillas. DL

El incendio en Truchillas. DL

Fuego en Encinedo. RAMIRO

El humo envuelve Encinedo esta tarde. RAMIRO

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