Diario de León

UN TORREÓN MEDIEVAL POR CASA

La torre feudal que los marqueses de Astorga han convertido en su casa

En la cama con dosel durmió Felipe II de camino a Inglaterra para casarse con María Tudor, entre los muros ocultaron los templarios el Santo Grial, el escudo con dos lobos ensangrentados ondea en lo alto cuando la familia está en ‘casa’ Es el Torreón de los Osorio en Turienzo de los Caballeros, la familia que desciende de don Rodrigo, primo de don Pelayo, el último rey godo

Torreón de los Osorio en Turienzo de los Caballeros. La torre feudal, restaurada por los marqueses de Astorga, es residencia de verano de esta familia nobiliaria que desciende de don Rodrigo, el último rey godo y cuya derrota en batalla dio paso a siete siglos de dominación árabe de la península. J.NOTARIO

Torreón de los Osorio en Turienzo de los Caballeros. La torre feudal, restaurada por los marqueses de Astorga, es residencia de verano de esta familia nobiliaria que desciende de don Rodrigo, el último rey godo y cuya derrota en batalla dio paso a siete siglos de dominación árabe de la península. J.NOTARIO

León

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Hacía un frío terrible aquel día de enero. Entre la niebla surgió el viejo torreón medieval, derruido, a punto de pasar a la historia. Era la primera vez que veían sus posesiones. Para los marqueses de Astorga, grandes de España, duques de Maqueda, condes de Cabra, marqueses de Ayamonte, Elche y San Román, condes de Vallehermoso y Monteagudo, vizcondes de Iznájar y barones de Liñola, fue una aparición mágica. 

Bastaría con mencionar sus cuatro primeros títulos para colocarse delante de una familia nobiliaria inmemorial de este país, linaje antiguo cuyo origen se pierde entre la historia y la leyenda, lo mitológico y la realidad, que hunde sus raíces hasta llegar al rey de Constantinopla.

Acostumbrados a vivir en palacios, rodeados de obras de arte, joyas y belleza, a protagonizar en primera persona la crónica histórica de este país desde don Rodrigo, Roderico, el último rey visigodo, sucesor de Witiza, que se unge rey en Toledo en el 710 y coloca sobre su testa la corona de los reyes godos, muerto en la batalla de Guadalete apenas un año después a manos de las tropas del general bereber Tariq ibn Ziyad dando paso a siete siglos de dominación musulmana en la península, primo de don Pelayo, con el que luchó en la batalla de la Janda y donde cuentan las crónicas que entre las huestes derrotadas que huían hacia el norte estaba él, Pelagios ‘el marino’, el primer rey de la monarquía astur que jura venganza a Muza y lo derrota en la batalla que dio comienzo a la Reconquista, en Covadonga, el lugar donde la población visigoda había buscado refugio y donde él encontró el apoyo de los astures, habituados pues los marqueses de Astorga desde hace 41 generaciones y al menos mil setenta y tres años a vivir entre un opulento relato histórico no se pudieron olvidar de aquellos restos moribundos, el esqueleto de un viejo castillo, una ruina que contaba tanto de su familia.

Y fue allí, en ese gélido día de enero, entre la bruma que cubría el pueblo de Turienzo de los Caballeros, donde decidieron reconstruir el torreón y vivir en él.

Cama con dosel donde durmió el rey Felipe II, que hizo noche en el torreón de Turienzo de los Caballeros de camino a La Coruña, donde en julio de 1554 se embarcó con 4.000 soldados y zarpó rumbo a Southampton para casarse con María Tudor, recién coronada reina de Inglaterra e Irlanda. Preside las estancias privadas de los marqueses de Astorga en el Torreón de los Osorio de Turienzo de los Caballeros. J.NOTARIO

Cama con dosel donde durmió el rey Felipe II, que hizo noche en el torreón de Turienzo de los Caballeros de camino a La Coruña, donde en julio de 1554 se embarcó con 4.000 soldados y zarpó rumbo a Southampton para casarse con María Tudor, recién coronada reina de Inglaterra e Irlanda. Preside las estancias privadas de los marqueses de Astorga en el Torreón de los Osorio de Turienzo de los Caballeros. J.NOTARIO

Así empezó una colosal obra para mantener en pie esa torre del homenaje, la Torre de los Linajes o Turris-gentium, que formó parte del formidable Castillo de Turgentius.

Fortaleza templaria

Aunque posiblemente su origen sea muy anterior y sirviera para vigilar las minas romanas, de la fortaleza hay noticias en el año 980, en la época de Ramiro II, y constancia documental desde 1178, cuando el rey Fernando II de León —padre de Alfonso VIII, mal llamado IX, el monarca que convocó en 1188 las primeras cortes democráticas de Europa reconocidas por la Unesco como «el testimonio documental más antiguo del sistema parlamentario europeo»— entrega a los templarios parte de las posesiones que tenía a lo largo del Camino de Santiago para que se convirtieran en la ‘policía del Camino’ y protegieran y dieran seguridad a los peregrinos.

Y así, el Castillo de Ponferrada y el de Turienzo, que por aquel entonces no se llamaba de los Caballeros sino del Castillo, acabó en manos de la Orden del Temple.

Por eso sobre la chimenea del salón del torreón está grabada en piedra la Tau, la cruz que identificaba a los protectores del Camino, utilizada por los caballeros defensores de los peregrinos a Compostela, la insignia con la que era posible reconocerlos con facilidad a lo largo de la ruta hacia el sepulcro del Apóstol.

De su colosal cortijo-palacio Los Montes, en Puebla del Río, a 18 kilómetros de Sevilla, se hicieron traer una especie de alacena que convirtieron en una pequeña cocina con un pequeño frigorífico y un microondas incluidos.J.NOTARIO

De su colosal cortijo-palacio Los Montes, en Puebla del Río, a 18 kilómetros de Sevilla, se hicieron traer una especie de alacena que convirtieron en una pequeña cocina con un pequeño frigorífico y un microondas incluidos.J.NOTARIO

Cuando los marqueses de Astorga entraron por primera vez en esa torre que en el siglo XIV, el 23 de febrero de 1301, siendo rey Fernando IV de Castilla, pasó a ser propiedad de los Osorio —de donde proviene su nombre y en cuya rama primogénita permanece— tenía el cielo por techado pero sus imponentes muros habían resistido a tanto olvido. Cuatro plantas, 22 metros de altura, nada le hace sombra, ni siquiera los gigantescos chopos que han crecido a su vera.

La obra de restauración, premiada y BIC, abrió una puerta en uno de los lados del torreón y convirtió en una ventana el acceso principal, que en las torres de homenaje estaba siempre más elevada para complicar la entrada en caso de un ataque. Los marqueses, subyugados por la belleza del lugar, querían usar el torreón como vivienda ocasional. 

Los marqueses de Astorga querían utilizar el Torreón de los Osorio de Turienzo de los Caballeros como vivienda, por eso la obra de restauración, premiada y BIC, abrió una puerta en uno de los lados del torreón y convirtió en una ventana el acceso principal, que en las torres de homenaje estaba siempre más elevada para complicar la entrada en caso de un ataque J.NOTARIO

Los marqueses de Astorga querían utilizar el Torreón de los Osorio de Turienzo de los Caballeros como vivienda, por eso la obra de restauración, premiada y BIC, abrió una puerta en uno de los lados del torreón y convirtió en una ventana el acceso principal, que en las torres de homenaje estaba siempre más elevada para complicar la entrada en caso de un ataque J.NOTARIO

Las mazmorras, en el sótano, daban a una sala completamente a oscuras a la que se llegaba por una escalera de difícil acceso, todo para impedir que los reos se fugaran. Esa sala es hoy una especie de comedor-recibidor presidida por una mesa con escaño, sillas curul, tapices históricos con los escudos de la casa, escudos de armas y armaduras que fueron utilizadas por sus antepasados en guerras y cruzadas.

Una cocina en una alacena y la cama de Felipe II

De su colosal cortijo-palacio Los Montes, en Puebla del Río, a 18 kilómetros de Sevilla, se hicieron traer una especie de alacena que convirtieron en una pequeña cocina con microondas incluido. En el viejo torreón, donde se impartía justicia civil y criminal y tenía un destacamento estable, el señor y sus vasallos hacían vida en lo que ahora es la primera planta, presidida por una gran chimenea en piedra que se usaba para calentar la estancia, cocinar y mantener el calor de hogar por la noche, cuando sobre las piedras del suelo se tiraban los jergones de paja para dormir.

Hoy esa estancia es el salón de los marqueses, con cuadros de personajes históricos pertenecientes a la familia, vírgenes góticas, lienzos y tapices de gran valor, tres grandes sofás tapizados en rojo estilo Kennedy, arcones, cómodas de gran valor artístico y alfombras persas.

Descendientes de don Rodrigo, el último rey godo y primo de don  Pelayo, tienen derecho a sentarse, como el rey de España, en un lugar de privilegio en la Catedral de León

Unas empinadas escaleras, originales, con sus escalones tallados desigualmente y desgastados por el uso de siglos, conducen a los aposentos de los marqueses, una habitación solemne presidida por una cama con dosel donde durmió el rey Felipe II, que hizo noche en el torreón de Turienzo de los Caballeros de camino a La Coruña, donde en julio de 1554 se embarcó con 4.000 soldados y zarpó rumbo a Southampton para casarse con María Tudor, recién coronada reina de Inglaterra e Irlanda, en un matrimonio arreglado por su padre, Carlos I y V de Alemania, rey de España y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Cuentan las crónicas que la reina, la primera soberana de Inglaterra por derecho propio, once años mayor que su prometido, cayó rendida ante su belleza.

Un Osorio se embarcó junto con el futuro rey. Alonso Osorio, VII marqués de Astorga, casado con su prima María de Osorio, acompañó al entonces príncipe Felipe, un joven bello y esbelto de 27 años, a Inglaterra para casarse con María, hija de Enrique VIII y su primera esposa, primogénita de los Reyes Católicos, Catalina de Aragón. Ambos, y su ejército, hicieron noche en el torreón leonés de Turienzo de los Caballeros.

Una copia de un cuadro que para la actual marquesa, Pilar Paloma de Casanova-Cárdenas y Barón, tiene un gran valor: es el retrato de Catalina de Aragón, una tabla de Juan de Flandes que se conserva en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid. Es la reina más admirada por Pilar Paloma de Casanova, de la que destaca «su integridad y su fortaleza». Está en el dormitorio principal del Torreón de los Osorio en Turienzo de los Caballeros. J.NOTARIO

Una copia de un cuadro que para la actual marquesa, Pilar Paloma de Casanova-Cárdenas y Barón, tiene un gran valor: es el retrato de Catalina de Aragón, una tabla de Juan de Flandes que se conserva en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid. Es la reina más admirada por Pilar Paloma de Casanova, de la que destaca «su integridad y su fortaleza». Está en el dormitorio principal del Torreón de los Osorio en Turienzo de los Caballeros. J.NOTARIO

En esa misma habitación en la que durmió Felipe II hay un arcón de monja, llamados así porque en él llevaban las novicias todas sus posesiones al entrar en el convento. Ricamente decorado, es una pequeña joya. Y en un lateral de la estancia, una copia de un cuadro que para la actual marquesa, Pilar Paloma de Casanova-Cárdenas y Barón, tiene un gran valor: es el retrato de Catalina de Aragón, una tabla de Juan de Flandes que se conserva en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid.

Lo que une a Catalina de Aragón y la marquesa de Astorga

Es la reina más admirada por Pilar Paloma de Casanova, de la que destaca «su integridad y su fortaleza». Catalina se negó a reconocer oficialmente a Enrique VIII como jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra y siguió considerándose la esposa legítima del rey y la verdadera reina pese a Ana Bolena y todas las mujeres que la siguieron. Su entereza le valió la admiración y el apoyo popular, tanto que su muerte se vivió como un auténtico luto. Su gran enemigo, Thomas Cromwell, dijo de ella: «Si no fuera por su sexo, podría haber desafiado a todos los héroes de la historia».

«Nosotros somos defensores del papel de la mujer y su reconocimiento», dice el marido de la marquesa de Astorga, Francisco López Becerra de Solé, señor de Tejada. Es Pilar Paloma, su esposa, la heredera directa de los títulos nobiliarios.

Salón de los marqueses en el Torreón de los Osorio en Turienzo de los Caballeros, con cuadros de personajes históricos pertenecientes a la familia, vírgenes góticas, lienzos y tapices de gran valor, tres grandes sofás tapizados en rojo estilo Kennedy, arcones, cómodas de gran valor artístico y alfombras persas. J.NOTARIO

Salón de los marqueses en el Torreón de los Osorio en Turienzo de los Caballeros, con cuadros de personajes históricos pertenecientes a la familia, vírgenes góticas, lienzos y tapices de gran valor, tres grandes sofás tapizados en rojo estilo Kennedy, arcones, cómodas de gran valor artístico y alfombras persas. J.NOTARIO

Escaleras arriba, en el tercer piso, están los dormitorios de los tres hijos del matrimonio, cuyos nombres entroncan directamente con la historia de España: Sol, Mencía y Álvaro, derivado de Álvar, como Álvar Pérez Osorio, el primer marqués de Astorga, hijo primogénito de Isabel de Rojas Manrique y Pedro Álvarez Osorio, I conde de Trastámara, alférez mayor del rey Enrique IV de Castilla, quien el 16 de julio de 1465 le concedió el señorío jurisdiccional de Astorga y su alfoz con el título de marqués de Astorga. Todo tiene un sentido, nada queda al azar.

Corona el torreón un adarve desde donde se divisa el paisaje de la Somoza, las copas de los chopos, los matacanes que se asoman al precipicio por los que, en caso de ataque, se tiraba líquido hirviendo y la bandera de los Osorio con sus dos lobos de sangre, pasante de gules uno sobre otro en campo de oro, que ondea cuando la familia está «en casa».

«Así nos sentimos, en casa», describe Francisco López Becerra. «Tiene algo extraordinario este lugar, tanto que cuando nos acercamos en el coche nos ponemos a cantar. Y no sólo nosotros, también nuestros hijos y nuestros nietos».

Desde las ventanas, con sus poyos o festejadores del siglo XIV —del mismo siglo es el cordón de piedra que rodea la torre— se divisa un gran prado que sirvió de cadalso. En el lugar donde se impartían los castigos pastan ahora las vacas. 

Estandarte del Torreón de los Osorio en Turienzo de los Caballeros que onde en lo alto de la torre mientras los marqueses de Astorga están allí. JESÚS F. SALVADORES

Estandarte del Torreón de los Osorio en Turienzo de los Caballeros que onde en lo alto de la torre mientras los marqueses de Astorga están allí. JESÚS F. SALVADORES

La fortificación feudal es sin embargo un hogar. Hospitalario y acogedor. La luz tenue de las lámparas y la que entra a través de los vanos ilumina los retratos de familia, en los que se ve a Pilar Paloma y una de sus hijas el día de su boda y fotografías de sus amigos, como en cualquier hogar, sólo que en este las novias van tocadas con la corona marquesal y en las fotos familiares están los reyes de España.

Colgado de uno de los muros de piedra está la pieza quizá de más valor, un tapiz con la rendición de Boabdil, porque no hay episodio histórico en el que no haya estado esta familia, que lleva vinculada a esta torre 700 años.

En 1554, el rey Felipe II, de camino a La Coruña para zarpar rumbo a Inglaterra y casarse con la reina María Tudor,  hizo parada en el torreón de Turienzo y durmió en la cama con dosel que preside las estancias privadas de los marqueses

Están emparentados no sólo con el último rey godo y con don Pelayo, también con el Cid, con Gonzalo Fernández de Córdoba ‘el Gran Capitán’ que dirigió los ejércitos de los Reyes Católicos, con Fernando de Aragón, Colón, Moctezuma, Hernán Cortés... y así hasta nuestros días. El motivo: la política matrimonial de los Osorio, un linaje de «tan alta sangre que los reyes casaban con sus hijas y ellos con las hijas de los reyes».

Tanto poder tuvieron, que hasta una infanta que se casó con un Osorio, —Luisa Teresa de Borbón y Borbón Dos Sicilias— mantuvo su tratamiento de alteza real y el rango de Infanta de España hasta su muerte pese a su matrimonio morganático, cosa que no les sucedió a sus hermanas. En las épocas más florecientes, tuvieron más títulos que la Casa de Alba.

El Santo Grial en el Torreón de los Osorio

Tres veces Grandes de España, pueden ejercer su derecho a sentarse, como el rey de España, en un sitio de privilegio en la Catedral de León y tienen en su poder el Toisón de Oro, la más preciada orden reservada a reyes y príncipes. En 1520, Carlos V concedió a la casa el título de Grandeza Inmemorial tras su coronación imperial en Aquisgrán.

Adarve del Torreón de los Osorio en Turienzo de los Caballeros desde donde se observa el paisaje de la Somoza. J.NOTARIO

Adarve del Torreón de los Osorio en Turienzo de los Caballeros desde donde se observa el paisaje de la Somoza. J.NOTARIO

Cuentan que en el torreón de Turienzo de los Caballeros estuvo oculto el Santo Grial, que tuvieron en su poder los templarios. Y que en la torre vagaba el espíritu de una hermosa doncella que enamoró a un caballero templario mientras se bañaba acompañada de sus doncellas en la Laguna Cernea, que se comunica aún hoy en día con el torreón por un viejo pasadizo.

«Lo vivimos no como un privilegio sino como una responsabilidad», dice Francisco López Becerra.

Tiene una memoria extraordinaria. Y una vida dedicada al estudio de la familia. Don Rodrigo, Ecta, de la estirpe de los Flaínez, un personaje leonés del siglo X, y todos sus descendientes hasta llegar a su esposa, Pilar Paloma de Casanova y Barón, de Ferrer y Osorio de Moscoso, XLI marquesa de Astorga.

Quién iba a decirle a Álvar Pérez Osorio, ricohombre leonés miembro de la casa de Osorio, hijo de Pedro Álvarez Osorio, primer conde de Trastámara, señor de Castroverde y Villalobos, teniente de Astorga y su alcázar, señor de Cepeda, alférez mayor del Pendón, guarda mayor del Rey, que un helador día de enero de 1990, sus descendientes iban a decidir que el viejo torreón feudal de la familia sería de nuevo su casa.

El torreón se puede visitar cuando no están los marqueses de Astorga. Visitas guiadas, contatco en turismomaragateria@gmail.com

TM, Turismo Maragateria es una marca registrada de promoción turística del Municipio de Santa Colomba de Somoza.

Facebook e Instagram tb: @turismomaragateria

La web: turismomaragateria.com

Los marqueses de Astorga en el salón del Torreón de los Osorio en Turienzo de los Caballeros. JESÚS F. SALVADORES

Los marqueses de Astorga en el salón del Torreón de los Osorio en Turienzo de los Caballeros. JESÚS F. SALVADORES

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