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Modelismo: así adiestra los dedos el neurocirujano de León más valorado del país

Antonio Luis Mostaza quiso ser ingeniero, aunque se ha convertido en uno de los neurocirujanos más valorados de España. Desde los 7 años modela y vuela aviones y drones teledirigidos. Diseña el material con el que opera

León

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El neurocirujano leonés Antonio Luis Mostaza Saavedra vuela todos los días en el salón de su casa un dron que alcanza los 140 kilómetros por hora. Dice que lo hace para desestresarse y adiestrar los dedos para afrontar diariamente sesiones de diez horas de quirófano. La habilidad y el control milimétrico de los mandos consiguen que ni las cortinas se muevan con el aire que desprende este aparato en pleno vuelo. Cuando tiene más tiempo lleva los aviones y drones en el campo. Utiliza unas gafas tridimensionales por las que visualiza la trayectoria del dron mientras maneja su recorrido con las manos por radio control. «Manejar una emisora de radio control con unas gafas tridimensionales es muy parecido al material de endoscopia, también tridimensional, me facilita no sólo el adiestramiento de los dedos sino del control de la tercera dimensión en el cerebro». Lo más difícil de la cirugía endoscópica es el control cerebral tridimensional, una habilidad que desarrolló con su afición al modelismo. «Así me lo reconocieron los profesionales alemanes que me enseñaron mis primeras prácticas, que se sorprendieron del manejo que tenía de la endoscopia», recuerda.

 

Mostaza es el único que utiliza cirugía mínimamente invasiva en columna por endoscopia y fue uno de los primeros en introducir esta técnica en el mundo. La VI Edición de los Top Doctors Awards lo coloca entre los 50 especialistas más valorados del país y él atribuye esta cualidad a su afición por el modelismo. «Soy neurocirujano, pero mi alma máter es la de ingeniero», reconoce.  

Para complacer a su madre inició la carrera de Medicina, pero no renunció a su verdadera vocación. Compatibilizó los dos estudios durante dos años. El Mostaza niño ya demostraba sus extraordinarias y poco comunes habilidades con las manos. A los 7 años modeló en maquetas y talló en madera los tronos de la Semana Santa de Valladolid, su ciudad natal (marzo, 1952). Su inquietud personal por la electrónica y la mecánica dirigieron su afición a la construcción de maquetas, vías ferroviarias, trenes, aviones, helicópteros y, más recientemente, drones. «Los hacía de hojalata, mi padre me facilitaba el cobre y el sistema eléctrico que luego instalaba. Aprendí de electricistas y mecánicos de mi entorno. A los 15 años ya construía aviones que dirigía de manera circular y después por radio control». A los 27 años se convirtió en el campeón de España de Acrobacia de Aeromodelismo. En el sótano de su casa tiene una maqueta de vía férrea y estaciones con 16 trenes diferentes, 20 aviones, 14 helicópteros y 6 drones.  

Durante sus estudios de Medicina se dio cuenta de que podía enfocar su trayectoria profesional a la parte más mecánica y tecnológica, que era lo que más le interesaba, y comenzó a interesarse por el material endoscópico. «Mi profesor de Anatomía en la Facultad de Medicina de Valladolid, Antonio Pérez Casas, me inculcó el interés por el mundo del sistema nervioso, por lo que me decanté por neurocirugía, que aprendí con mi maestro, Abad Rico. En 1997 empecé a interesarme por la cirugía endoscópica porque estaba más relacionada con la parte de ingeniería». Y así, como obra de ingeniería, es como Mostaza define a la columna vertebral. «Es la obra de ingeniería del cuerpo humano», dice, «y para la cirugía endoscópica de la columna se requieren conocimientos de biomecánica, una asignatura que también se estudia en las ingenierías».  

La cirugía de columna es una cirugía de riesgo, por su alta complejidad. «Vine a León a realizar el MIR y vi que las técnicas de cirugía laparoscópica, que empezaba a introducir en el Hospital José Luis de la Cruz minimizaban esos riesgos y el paso a la endoscopia fue un proceso natural para mí».  

El modelismo y la endoscopia tienen mucho en común. «Yo opero mirando a una pantalla y moviendo las manos, igual que cuando dirijo una emisora de radio control, hay que tener una visión que relaciona lo que ves en la pantalla y lo que mueves con las manos». Mostaza es capaz de operar una columna con una incisión del tamaño de una lenteja. Para conseguir ese resultado diseña y construye las maquetas del material que utiliza en el quirófano. «Lo diseño, los construyo en maquetas de madera y lo envío a construir a una casa comercial. Utilizo la maquinaria que yo diseño y que más se adapta a mis manos».  

Su fama es universal. A los quirófanos de León acuden políticos, empresarios no solo de España, también de Estados Unidos. «Creo que vienen porque yo soy más barato», dice. Su reputación le ha convertido en el neurocirujano preferido de los toreros.  

Por sus manos en la clínica Altollano pasaron toreros como José Ignacio Uceda Leal, Miguel Ángel Perera, Fernando Cepeda y en los próximos días operará a Marc Serrano. Además de la jefatura del servicio del Hospital de León, Mostaza opera desde hace tres años en San Juan de Dios. «El día que no pueda volar con precisión un dron sabré que pierdo facultades para la cirugía endoscópica de columna», dice.

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