Diario de León

El hematólogo Escalante, primer laico al frente de la Pastoral de Salud de León

El hematólogo Fernando Escalante es el primer laico que asume la dirección de la Pastoral de Salud en la Diócesis de León, hasta ahora en manos de sacerdortes. Su objetivo es acercarse más a la calle e impulsar el acompañamiento.

El hematólogo Fernando Escalante, en la sede de Cáritas. MARCIANO PÉREZ

El hematólogo Fernando Escalante, en la sede de Cáritas. MARCIANO PÉREZ

León

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El hematólogo del Hospital de León, Fernando Escalante, es el primer laico que asume la dirección de la Pastoral de Salud en la Diócesis de León, una misión que han desempeñado hasta ahora los sacerdotes. «En León soy el primero, pero somos muchos los laicos en Pastoral de Salud en sus distintas funciones. En algunas diócesis de España la labor de coordinación la están realizando los laicos».

Escalante es el hematólogo de referencia de la Asociación Leonesa con las Enfermedades de la Sangre (Alcles), cuyo proyecto ‘Café con tu hematólogo’ ha recibido el reconocimiento del Grupo Español de Pacientes con Cáncer. Alrededor de una mesa —ahora online debido a la pandemia—el especialista se sienta a conversar con sus pacientes fuera del horario de consultas para resolver dudas y tranquilizar miedos. Esa vocación de apoyo a los cuidados le ha llevado a dar el paso y aceptar la propuesta del obispo Luis Ángel de las Heras, que en la reorganización llevada a cabo tras su nombramiento impulsa la incorporación de laicos en las delegaciones pastorales. «Cuando el papa Francisco anima a los laicos a que no tengamos miedo a patear las calles, nuestro obispo Luis Ángel sincroniza su reloj porque es tiempo de compartir talentos, de escucharnos, de liberar rigideces, de contemplar realidades que puedan no haberse visto o haberse olvidado. El papa Francisco quiere que los laicos nos testimoniemos».

Escalante lleva años vinculado a la parroquia de los Agustinos. «Soy una persona de parroquia», se define, y ahora da un paso más para llevar a la calle todo su conocimiento como especialista médico. «En la sociedad han sucedido cambios importantes desde finales de siglo XX, cambios demográficos y sociológicos; en medicina, con un concepto de salud global y una continua tecnificación de su actividad; y cambios en los hábitos para comunicarse con otros». Reconoce que a la Iglesia «como a la sociedad» le cuesta adaptarse a la nueva realidad «tan cambiante. Tras la aparición de la enfermedad por covid «este ritmo se ha acelerado, en todos los ámbitos y debemos encontrar respuestas y oportunidades a este y otros desafíos acumulados en estas últimas décadas».

Fuera del ámbito hospitalario, con capellanes y trabajadores sanitarios, trabajan voluntarios en grupos y movimientos de la Iglesia como la Hospitalidad de Lourdes o Legión de María, ministros de la Comunión «y otras muchas personas y pequeños grupos en las parroquias. En las cofradías también se hacen labores de acompañamiento y cuidados de hermanos cofrades que viven en situaciones de soledad, enfermedad o sufrimiento».

Escalante tiene como objetivo impulsar los cuidados. «Estamos viviendo una época de incertidumbre, dudas y sufrimiento para muchos, pero especialmente para personas que sufren, enfermas y vulnerables. En este primer impulso queremos remover la tierra, conciencia y corazones para acercarnos y vivir en este mensaje y lleno de alegría del Evangelio a todo el que nos necesite. Queremos caminar juntos el camino, evitando los márgenes, al ritmo que de cada uno, para acompañar y cuidar en el sufrimiento y consolando en la enfermedad y el duelo».

Asegura que la pandemia «ha acentuado las carencias en los cuidados, que ya existían antes. Esto ha sido especialmente doloroso en colectivos de personas vulnerables, de enfermos y cuidadores, en el personal sanitario... Situaciones de soledad y envejecimiento, el aislamiento físico y de los nuevos ámbitos de comunicación y salud mental». Apuesta por estrechar las alianzas para que «las distintas administraciones mitiguemos el sufrimiento, con ilusión y humildad, alcanzar acuerdos y optimizar recursos para llegar a todos».

Escalante cree necesario que la Comisión de Investigación arroje luz sobre la gestión de la pandemia. «Decir que algo se ha hecho bien o mal sin una investigación rigurosa es una labor de tertuliano. Arrojar luz sobre lo que ocurrió sirva para cambiar lo que no funcionó y mantener lo que se hizo bien. Ese es el marco de trabajo para la seguridad del paciente: prevenir y reducir los riesgos y errores en la asistencia dentro de un sistema madura y responsable.

Ley de Eutanasia

Opina que la Ley de Eutanasia «se ha aprobado en el peor escenario posible» en medio de una pandemia. «Desgraciadamente, no se han escuchado ni contrastado o se han rechazado opiniones y aportaciones de muchos sectores y profesionales implicados, como organizaciones médicas o comités de bioética. La formación deontológica médica empieza con primun non nocere (primero no hacer daño. Tras este punto de partida nos toca aprender las limitaciones de nuestra profesión, donde curar sólo se consigue a veces, que debemos aliviar con frecuencia y tenemos que consolar siempre a personas con enfermedades crónicas, invalidantes o terminales. El concepto para ‘terminar con la vida de forma intencional’ no existe en ninguno de los itinerarios de la formación en Medicina. La eutanasia no puede considerarse un acto médico». Sin embargo, cree que la Ley ofrece una oportunidad «para hablar de la vida y la muerte digna y sobre el futuro de los cuidados paliativos. Debemos trabajar juntos para ofrecer una medicina paliativa, accesible, universal y de calidad adecuada para cada una de las personas que sufren y necesitan cuidados».

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