Diario de León
Publicado por
José Fernández Amez, médico de familia jubilado
León

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Nuestro Gobierno, con Garzón (ministro de Consumo) a la cabeza, ha elaborado un Anteproyecto de Ley de «Atención a la clientela». A mí me gusta más lo de «Atención al cliente»; lo de clientela hace que me sienta diluido, lo de cliente me hace sentir más identificado. En dicho anteproyecto se nos vende que las empresas (los que mandan) y los clientes (los que obedecen) vamos a ser más dignos, que los clientes o consumidores vamos a ser dignificados, tanto, que y según palabras del ministro Garzón, en no mucho tiempo, vamos a hablar con personas y no con robots. ¡Increíble!

Destaco por su interés, el límite de tres minutos en la espera máxima para atender al cliente y si lo pedimos, nos atenderá ¡un humano! no un enlatado infernal que te mete en un bucle y tu propia desesperación hace que salgas de él lo antes posible.

Las empresas estarán obligadas a ofrecer y explicar servicios básicos de interés general las 24 horas del día, los 365 días del año. Y hasta se dice que se tendrá en cuenta, la edad de la persona, dónde vive (por lo de su conectividad) para evitar situaciones de exclusión, que no son pocas. Si el cliente está insatisfecho con el trato de los medios automáticos, podrá solicitar que le atienda un personal superior o un departamento específico de calidad. El personal superior a un robots debe de ser: «una persona», lo de «calidad» no lo dudo, lo niego. Lo que voy a trascribir, es para nota y es literal: En el supuesto de personas con discapacidad auditiva, el canal telefónico será accesible y deberá complementarse, si la persona lo pide con un sistema alternativo de mensajería escrita instantánea a través del móvil o con un sistema de vídeo  interpretación en lengua de signos. Me parece ¡ciencia ficción! Sigamos, si reclamamos por abuso, el que sea, tendrán que resolver las reclamaciones antes de 15 días. Esto ya no es increíble, es sencillamente ¡imposible! Pero hay más, afectara a todas las empresas públicas y privadas y de cualquier actividad. Estas tendrán que poner personas (en vez de robots), y ahí, les tocamos la cartera y por tanto es ¡inimaginable!

Hay más, las personas afectadas, podrán solicitar la correspondiente indemnización  o en su caso descuentos en la factura como consecuencia de las irregularidades en el sector de las telecomunicaciones o el de la electricidad, principales incidencias que afectan a los consumidores, también afectan a entidades financieras, servicio de agua, energía, trasporte…

En resumen un anteproyecto «ideal» y por tanto también «irreal». Hay muchas más disposiciones, todas a favor del «cliente»(todos los anteproyectos lo son). Miren, si son capaces de leer y entender todo el «articulado», se darán cuenta de que es «otra milonga». Que se diluirá con el tiempo y que es la lucha de siempre entre el consumidor (trabajador) y la empresa.

El final suele ser el mismo, el más fuerte se lleva el gato al agua. Pero pisemos tierra y «tiempo, al tiempo», un anteproyecto de ley es un texto que elabora el ministro o ministros competentes que elevan al Consejo de Ministros y estos al Parlamento para su aprobación como «proyecto» de ley. Esta disposición una vez votada y aprobada por las cámaras, es sancionada por el Jefe del Estado y pasa a ser «ley». Nuestro anteproyecto aún está en una fase demasiado tierna y precoz para que todo esto se haga realidad. Pueden pasar 6 meses o 1 año. Algunas se pierden por el camino, en función de si hay o no un cambio de orientación política en los gobernantes de turno. Si el PP (como es su costumbre) se empecina en hacer «critica», incluso a este anteproyecto de ley, pues no pasará a ser ley. Tal vez encuentre (el PP) que no le gusta porque falta una coma o porque hay que cambiar un párrafo, o porque, no «sabe porque». No hay asuntos coincidentes, y si los hay se dejan por el camino por sistema. Yo opino que en la oposición a veces, hay que apoyar y no ejercer la oposición.

Oposición es la acción de oponer u oponerse por sistema, pero hay temas «comunes» para todos e incluso hay temas de estado que deberíamos apoyar todos. Bueno pues aun así, el PP oposita y con que gana. Entienden la oposición, como ir «siempre» a la contra, no importa que tenga ámbito general o que sea de interés asimismo general, hay que decir que no. Nada está cambiando, me da que el señor Feijóo está haciendo bueno a Casado.

Una mirada hacia atrás nos hace recordar que cuando gobernaban los del PP, los socialistas apoyaron en numerosos temas que afectaban al interés general del estado. Este anteproyecto sale del Ministerio de Consumo, del ministerio de «un comunista», el señor Garzón y a los comunistas ¡ni agua!, aunque tengan razón, aunque es lo que harían los populares. La verdad es que Garzón siempre ha sido algo soso y con poco protagonismo. Es la cara contraria, a la del presidente señor Sánchez, protagonista en todo y para todo. Aun así, es un anteproyecto con mucho tirón popular, y todos los consumidores nos sentimos hasta ahora al menos engañados por no decir estafados. Si vemos una luz por pequeña que sea de la salida del túnel nos tenemos que agarrar a ella desesperadamente. ¿No se han sentido desesperados cuando nos falla la tele, internet o el móvil y tenemos que dirigirnos a una voz enlatada que primero nos hace esperar con una musiquita, luego una voz nos dice toque 1 o toque 2 o toque lo que quiera porque le va a dar igual, y tú, cabreado vas y cuelgas que es lo que ellos quieren y lo saben al instante?. Si pides que te atienda una persona, lo siguiente es más cabreante aún porque te llevan al terreno que quieren y si no les interesa tu petición pues te sometan a una espera infernal y vas y, vuelves a colgar. Otras veces te remiten a un teléfono «de pago», en el que picamos casi sin remedio. Todo premeditado. ¿Cómo se presentarán y donde las reclamaciones? ¿por el mismo medio por el que nos han engañado? ¿por los establecimientos abiertos al público que tienen la lección bien aprendida y lo único que hacen es más de lo mismo? Yo me he sentido impotente ya en varias ocasiones en estas «oficinas» y al final, no entiendes nada y te vas… Todo esto, va a seguir pasando, no tengo la menor duda, estamos en sus manos y «el progreso» no para, «en principio nace» para solucionar los problemas sobre todo de gente en situación de exclusión. Solo en principio. Este principio luego no sigue. Se habla de un régimen sancionador que a las empresas se la «traen al pairo», porque, si no se ventilan en los juzgados temas «candentes, acuciantes», pues los papeles de temas de «atención al cliente», figúrense el futuro que van a tener, el mismo que tienen a día de hoy. Los vulnerables, o sea sé, los consumidores que somos legión, seguiremos a las órdenes del consumo y este, y esto es lo más lamentable a las órdenes de las empresas. La historia se repite y esta historia nos informa de que el poder lo tiene quien la maneja. Nuestra situación como especie en la cúspide está amenazada gravemente por los robots.

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