El centro de dependientes de Fabero logra una ocupación del 30%
El obispo de Astorga inauguró la residencia tras varias semanas de funcionamiento.
El obispo de Astorga saludó a los residentes, ayer en la inauguración del centro.
Tras una inversión cercana a los seis millones de euros y una parálisis de más de cinco años, el que estaba llamado a ser el centro de grandes discapacitados de Fabero se inauguró ayer de forma oficial como residencia para la tercera edad y para personas con grandes dependencias. Fue el obispo de Astorga, Camilo Lorenzo, el encargado de presidir el acto varias semanas después de la puesta en funcionamiento del que se ha denominado Centro Residencial San Nicolás y que ha logrado ya un 30% de ocupación en los aproximadamente dos meses que lleva abierto.
No obstante, las previsiones son incrementar el número de usuarios en las próximas semanas. De momento siete trabajadores se encargar del garantizar el funcionamiento de este geriátrico, pero las previsiones apuntan a la posibilidad de crear hasta 30 empleos, siempre dependiendo de la demandas y de las necesidades especiales de los usuarios.
El Centro Residencial San Nicolás de Fabero cuenta con 59 plazas —catorce de ellas para grandes dependientes— y ningún concierto con la Junta de Castilla y León. Por ello, el patrono de la Fundación Ayalde, encargada de su gestión tras la cesión por parte de Cáritas, mostró ayer una gran satisfacción por la acogida que han tenido aún en unos tiempos —dijo— difíciles. «Estamos cumpliendo las expectativas de ocupación que nos marcamos, aún siendo complicado no sólo por la coyuntura económica, sino también por la reciente apertura de otros centros de estas características», afirmó Luis Díaz.
Él mismo relató que ha sido necesario invertir en la puesta a punto de las instalaciones pese a tratarse de un edificio a estrenar. Y es que el tiempo de ha transcurrido desde su terminación ha hecho mella. «Es verdad que el edificio no estaba mal conservado porque se ha hecho con buenos materiales, pero ha habido que modificar instalaciones deterioradas por el paso del tiempo y comprar nuevos equipos, ya que los que había estaban desfasados y no servían a nuestros fines», matizó el patrono de Ayalde.
Por su parte, el alcalde de Fabero, José Ramón Cerezales, celebró que tanto tiempo después se le haya podido dar uso al centro. «No sé si es la mejor solución, pero es una buena solución y la que se puede», apuntó el regidor, insistiendo en que acoger a grandes discapacitados no era posible, tanto por los errores administrativos cometidos como por algunas características arquitectónicas.
En el acto estuvo también presente el gerente territorial de Servicios Sociales de la Junta, Carlos Miller.