Los peritos están seguros de que el monte Pajariel se quemó por un "mecherazo"

Los expertos que elaboraron el informe pericial sobre las posibles causas del incendio que a finales de agosto de 2012 arrasó casi un centenar de hectáreas en el monte Pajariel, en Ponferrada, aseguran que fue intencionado y que se inició por lo que en el argot se conoce como un "mecherazo". Así lo han atestiguado los tres peritos que realizaron el informe a petición de la Policía Nacional, quienes también han destacado que están seguros "casi al 100%" del lugar donde se inició el fuego, una zona de cinco a diez metros cuadrados junto a un camino muy próxima a Toral de Merayo.

Los tres peritos han declarado esta tarde en el juicio que se sigue en la Audiencia de León contra D.R.G., de 26 años, acusado de provocar el incendio que arrasó en el verano de 2012 el monte Pajariel, quien durante su declaración de ayer negó los hechos aunque admitió que había alertado a los equipos de emergencias de al menos otros trece incendios con anterioridad.

Esta mañana también han declarado los forenses que le examinaron en prisión, quienes han señalado que el acusado se resiste a cumplir las normas y la atribuyen cierta actitud delirante.

D.R.G. está acusado de un delito de incendio forestal por el que la Fiscalía pide para él una pena de tres años de prisión, dieciséis meses de multa a razón de 10 euros diarios y el pago de una indemnización de 625.000 euros por responsabilidad civil. El incendio que presuntamente provocó el acusado se declaró durante la noche del 27 de agosto de 2012 y después de estar activo varias horas calcinó 97,5 hectáreas de masa forestal, 85 de las cuales eran arboladas, en su mayoría pino.

Los peritos autores del informe han explicado que lo que les llevó a estar seguros de que el fuego fue intencionado fue el no haber encontrado en el lugar donde se inició el fuego ningún medio de ignición, así como el haber ido descartando otras causas. También han precisado que quien provocó el incendio sabía lo que hacía ya que eligió una zona de la vaguada del monte que hizo un efecto chimenea y facilitó la propagación del fuego.

Uno de los peritos ha precisado que si no descendió más en la vaguada y prendió fuego al monte al borde un camino fue para huir más rápido y evitar ser visto.

"El incendió fue muy rápido y explosivo y las casi 100 hectáreas ardieron en poco más de hora y media", ha precisado otro de los peritos.

El informe pericial se elaboró el 10 de septiembre aunque al día siguiente se realizó una primera inspección ocular. La Fiscalía considera en sus calificaciones que está probado que el acusado compró gasolina con la intención de provocar el incendio, mientras que la defensa solicita su libre absolución por falta de pruebas.

El acusado fue identificado la noche del incendio en el lugar por la Policía después de ser amenazado por varios vecinos, que sospechaban de él como autor del fuego, y, tras una investigación policial, fue detenido el 7 de septiembre de ese año. Tras pasar varias semanas en prisión, el 27 de septiembre el acusado quedó en libertad provisional sin fianza.

Ayer negó los hechos y declaró que la noche en que se declaró el incendio salió de su casa sobre las 21.30 horas y se dirigió a un supermercado para hacer unas compras. Posteriormente, fue a repostar con su vehículo y fue cuando se percató del incendió por lo que decidió acercarse "por curiosidad" y porque conocía a dos brigadistas, de nombre Adrián y Baltasar, uno de los cuales no existe y el otro afirma no conocer de nada al acusado.

A preguntas del fiscal señaló que tenía dos mecheros en su vehículo porque en ese tiempo fumaba y también para su trabajo porque le servían "para soldar cables". Admitió su presencia anterior en otros incendios declarados en la zona, así como que alertó de hasta trece incendios al 112, en unos casos dando su propio nombre y en otros falso.

Al ser preguntado por el fiscal porqué estaba en lugares apartados y a horas tan intempestivas como las dos o las seis de la madrugada, como consta en el registro de las llamadas de su teléfono móvil cuando alertó de la existencia de incendios, explicó que en unos casos estaba allí por trabajo y en otras por ocio, aunque no ha dado más detalles.

El inspector jefe de la Policía Judicial de Ponferrada, que dirigió la investigación, definió ayer como "extraña" la actitud del acusado, que en muchos casos fue el único alertante de los incendios, y llamó la atención que tras su detención cesó la oleada de incendios en la zona.