Diario de León

EL FIN DE LA MINERÍA

Anllares quema el último carbón

El Ministerio para la Transición Ecológica comunica a Naturgy la autorización para la desconexión definitiva de la central térmica El Gobierno fija un plazo de tres meses para el apagón y únicamente hay mineral para cinco o seis días

La central térmica de Anllares se acopló a la red eléctrica por primera vez en diciembre de 1982. DL

La central térmica de Anllares se acopló a la red eléctrica por primera vez en diciembre de 1982. DL

Publicado por
MARÍA CARRO | PONFERRADA
Ponferrada

Creado:

Actualizado:

Aunque su muerte era anunciada, no por eso duele menos. En la parque de carbones de la central térmica de Anllares ya sólo queda mineral para «cinco o seis días», según explicó el presidente del comité de empresa, Roberto González, tan sólo unas horas después de que Naturgy comunicara a la plantilla que ya tiene en su poder la autorización para la desconexión definitiva procedente del Ministerio para la Transición Ecológica. Llegó el martes. Es el último paso antes del entierro de una central que se conectó a la red eléctrica hace casi 36 años, en diciembre de 1982. Por delante, tan sólo quedan 90 días, los que la propia autorización ministerial da de plazo para pulsar el botón de apagado.

Cuándo se certificará la muerte dependerá de la demanda de energía. La previsión de la empresa es la conectar la instalación a la red la próxima semana, pero ello —explican fuentes de la compañía— no quiere decir que su actividad vaya a durar únicamente cinco días desde esa conexión, ya que si la demanda no lo exige, volverá a desacoplarse. En todo caso, el horizonte máximo son esos tres meses. «No es una decisión nueva ni que se haya conocido ahora. Es algo que ya comunicamos a todas las partes en mayo de 2017», insistieron fuentes de Naturgy para, después, dejar claro que ninguno de sus 41 trabajadores se irá al paro.

25 de los operarios se acogerán al plan de prejubilaciones y el resto serán recolocados en alguno de los centros productivos de la empresa. De hecho, ayer mismo, el comité y representantes de Naturgy mantuvieron una reunión para perfilar estos detalles y atar los últimos flecos. Tema a parte es el de los trabajadores de las empresas auxiliares, algunos de los cuales mantienen abierta la guerra en los juzgados, mientras que otros han aceptado los despidos.

Por su parte, fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica insistieron en que se trata del final de un procedimiento administrativo iniciado hace meses y en el compromiso de una «transición justa» para todos los territorios afectados por al descarbonización, incluido el entorno de Anllares. Sobre qué planes de futuro hay para las instalaciones anexas a la central —abocada a la desmantelación— nada ha avanzado el Gobierno y tampoco lo ha hecho Naturgy, desde donde explican que, ahora mismo, están volcados con la desconexión y cualquier acción futura se abordará una vez que se acometa ésta. En todo caso, la empresa sí reconoce las conversaciones a las que, también ayer, aludió el alcalde de Páramo del Sil, Ángel Calvo, en el sentido de buscar alternativas que no dejen en barbecho el espacio que ahora ocupa la térmica.

«Ahora mismo lo que no debemos hacer es caer en un pesimismo que no soluciona nada. De hecho, llevamos meses trabajando en la sombra, codo con codo con la empresa, el Ministerio y la Junta de Castilla y León para intentar conseguir que los puestos de trabajo que se pierden de esta instalación deriven en otros puestos de trabajo en ese mismo enclave y en otras condiciones que ya veremos», apuntó Calvo, reiterando la petición de «mirar hacia adelante». «Tenemos que apostar por un futuro en la zona. Lo que no vale es rasgarse las vestiduras y lamentarse, sino aportar ideas».

Lo que el alcalde de Páramo asegura que se está negociando con Naturgy no es sólo «quedarnos con terrenos, sino también con algunas instalaciones para que no sean demolidas y puedan cederse a otras empresas para otra actividad». Las naves de los talleres mecánico y eléctrico, el almacén general, los edificios de oficinas. Todos ellos son activos «muy construidos y en perfecto estado» que pueden ser asumidos por otra empresa o empresas para cualquier otra actividad.

Así las cosas, la cuenta atrás ha comenzado en la central térmica de Anllares. El cronómetro ya descuenta los minutos que quedan para el fin de una época y, aunque el Gobierno ha establecido un plazo máximo de tres meses, el presidente del comité de empresa considera que el adiós será temprano, una vez se queme el carbón que queda.

tracking