La Audiencia condena a un hombre a dos años por retener a su expareja

La Audiencia Provincial de León ha condenado a dos años de prisión a un hombre que intentó secuestrar a su expareja cuando ella se dirigía a un centro educativo de Ponferrada en octubre de 2012 como autor de un delito de detención ilegal. En el fallo, al que ha tenido acceso este periódico, se considera probado que, con la ayuda de otro hombre que no ha podido ser identificado y que se encontraba en el interior de un coche, «se dirigió a la misma, la tapó la boca con un trapo y la sujetó por la mochila que llevaba puesta en la espalda, sacando una navaja del bolsillo que colocó junto a su cuello, para arrebatarle el móvil y apagarlo, diciéndole que le iba a explicar el motivo por el cual le había dejado».

La sentencia también le prohíbe acercarse a la víctima a menos de 200 metros de distancia «en cualquier lugar que se encuentre, así como a su domicilio, centro de trabajo o cualquier otro lugar frecuentado por ella, así como a comunicarse con ella por cualquier medio o procedimiento durante dos años». Además, deberá indemnizarla con 500 euros. En el juicio, el hombre aceptó el relato del fiscal y la petición de pena «con el agravante de parentesco».

El tribunal considera probado en el fallo que el día de los hechos, el 26 de octubre de 2012, el hombre abordó a su expareja sobre las ocho de la mañana en la calle Panamá de Ponferrada ,cuando la joven se dirigía al instituto. Tras amenazarla con una navaja de bolsillo, trató de introducirla a la fuerza en el maletero del coche mientras ella forcejeaba, para lo que pidió ayuda al hombre que se encontraba en el interior, que también portaba una navaja. La mujer pidió a ambos que la dejaran dentro del coche y no en el maletero, «a lo que accedieron introduciéndola en la parte trasera para que no pudiera abrir la puerta». La joven fue finalmente introducida en el asiento del copiloto provocando un nuevo forcejeo que terminó cuando prometió que se quedaría quieta si el amigo de su expareja abandonaba el coche, a lo que accedió el condenado. «A continuación —sigue el relato de los hechos probados— circularon por diversas calles de la localidad de Ponferrada, tratando la perjudicada de pedir auxilio y salir del coche en varias ocasiones, lo que fue impedido en todo caso por el acusado, hasta que al hacer un stop en las inmediaciones del Instituto Europa, Virginia consiguió abrir la puerta y salir corriendo pidiendo auxilio a unos alumnos y al director del instituto que se encontraban en la calle y que procedieron a auxiliarla». Allí esperó hasta que llegó la Policía.

Como consecuencia de los hechos, la joven sufrió contusiones y erosiones en las rodillas, en ambas manos, cervicalgia y una crisis de ansiedad que requirieron atención sanitaria. El juicio se suspendió el primer día porque el acusado alegó que estaba trabajando en Albacete.