Cuando el Bierzo dio nombre a tres grandes petroleros

Aunque el Bierzo no tenga mar, la historia de la comarca también tiene una página en la marina mercante española. Hasta tres grandes petroleros llevaron nombres bercianos en el franquismo, cuando el régimen intentaba copar la industria del oro negro, en los años 50 y 60 del siglo pasado, «para no tener que pagar con divisas a barcos extranjeros», explica Juan Carlos Díaz Lorenzo, un investigador naval y periodista canario que se define a sí mismo como un apasionado del mundo marítimo y que cuenta con una página web,  puentedemando.com , que es más que una ‘biblia’ para los aficionados y profesionales del sector. 

Tres fueron los petroleros con nombres bercianos: «Compostilla», «Campobierzo» y «Camponaraya». Cada uno con su propia historia, que en los tres casos acabó con el desguace de sus imponentes armaduras.

En aquellos años, cada nombre de un buque respondía a los criterios de la compañía, explica Díaz Lorenzo. En el caso del «Compostilla», la entonces empresa estatal Elcano utilizaba denominaciones de grandes instalaciones industriales y la central térmica de Compostilla era entonces uno de los timones de la generación de energía en España. «El tipo T del Plan de Nuevas Construcciones de la Empresa Nacional Elcano de la Marina Mercante correspondía sobre el proyecto a diez buques de 19.500 toneladas de peso muerto cada uno, que después se amplió en otras dos unidades contratadas por los armadores griegos Catapodis y Miliangos. Sin embargo, el contrato fue rescindido y ambas unidades pasaron a formar parte de la flota de Empresa Nacional Elcano, en la que navegaron con los nombres de «Compostilla» y «Ribagorzana», recoge en su blog este investigador canario.

El «Camponaraya», construido en los astilleros de Ferrol. JULIO A. RODRÍGUEZ HERMOSILLA

«Compostilla», «Puente de García Rodríguez»... hoy algunos de esos nombres son reflejo de lo contrario, la reconversión de toda una época.

Los petroleros «Camponaraya» y el «Campobierzo» pertenecieron a otra empresa pública, Campsa. En junio de 1962 el Departamento Marítimo de la compañía que controlaba el negocio del petróleo en España planteó la necesidad de construir cuatro buques auxiliares destinados a la distribución de gasoil y fueloil en puertos nacionales, así como suministro de combustible a buques. De ese plan es el «Camponaraya», adjudicado dos años después a los astilleros de Astano, en Ferrol. 

Imagen de archivo del «Compostilla». ARCHIVO JUAN CARLOS DÍAZ LORENZO

«De 472 toneladas brutas y 490 toneladas de peso muerto, medía 50,80 m de eslora total –45,30 metros de eslora entre perpendiculares–, 8,25 de manga, 3,40 de puntal y 3,14 de calado máximo y 1,84 de calado medio —son todos datos recogidos por Díaz Lorenzo, lo que da idea de su conocimiento de estos barcos—, estaba propulsado por un motor MTM T-629-AR, de 450 caballos de potencia sobre un eje, que le permitía mantener una velocidad de 9 nudos con buen tiempo. Código IMO 6515368». El petrolero auxiliar «Camponaraya estuvo en servicio desde 1965 hasta 1990, cuando fue vendido para ser desmantelado en Bilbao, puerto que visitó en numerosas ocasiones. 

A Campsa también perteneció el petrolero «Campobierzo», que formó parte de un quinteto con nombres ligados al mundo del vino salvo uno. Tras el oportuno concurso público, resultó ganadora la oferta presentada por la Empresa Nacional Bazán, que repartió la carga de trabajo entre los astilleros de San Fernando (Cádiz) y Cartagena, cuenta Díaz Lorenzo en su web, y para su construcción, Campsa negoció y obtuvo con la banca privada 16 créditos por importe de casi cuatrocientos millones de pesetas. Fueron conocidos en el argot de la naviera como «los viñateros», pues los cuatro ostentaron nombres de reconocidas regiones vinícolas de España: «Campocriptana», «Campobierzo», «Camporrioja» y «Campurdán».

El petrolero «Campobierzo» fue contruido en Cartagena y botado en abril de 1971.

Juan Carlos Díaz Lorenzo, en una imagen reciente. DL