Diario de León

Una especie en regresión en las montañas del Alto Sil y Gistredo amenazadas por proyectos eólicos

La Junta constata registros de urogallo en plena tramitación de los parques de Repsol

Los informes confirman presencia de dos hembras en Páramo del Sil e Igüeña en 2024 y 2020, cuando los proyectos ya estaban en marcha sobre el papel

Imagen de las montañas afectadas por los proyectos eólicos planteados por Repsol en el Bierzo.

Imagen de las montañas afectadas por los proyectos eólicos planteados por Repsol en el Bierzo.ángel molinero

María Carro
Ponferrada

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Hace poco más de medio año, el 5 de agosto de 2024, integrantes de la Patrulla Oso y Urogallo de la Fundación Patrimonio Natural de la Junta de Castilla y León visitaron los mismos montes de Páramo del Sil amenazados por varios parques eólicos para constatar la presencia de una hembra de urogallo en un punto limítrofe pero fuera del territorio reconocido como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) Alto Sil. Lo hicieron tras el aviso de los técnicos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) por una comunicación de la Junta Vecinal de Páramo. En una superficie aproximada de una hectárea, los encargados de velar por esta especie en peligro crítico de extinción encontraron, efectivamente, excrementos y plumas de hembra.

En 2020 —año en el que ya se había empezado a fraguar el macroproyecto eólico de Repsol en la Sierra de Gistredo y el Alto Sil— una vecina de Pobladura de las Regueras recogió una urogallina dentro del término municipal de Igüeña. Presentaba un comportamiento manso y fue introducida en la ZEPA Alto Sil, «recobrando el comportamiento normal de la especie y manteniéndose con vida y radiomarcada hasta el año 2024», detallan fuentes de la Consejería de Medio Ambiente de Castilla y León en un informe solicitado por este periódico.

Estos datos oficiales de la Dirección General de Patrimonio Natural y Política Forestal confirman la presencia reciente de ejemplares de una especie extremadamente sensible (para la que se han diseñado planes específicos de protección a los que se destinan importantes cantidades de dinero público) en las mismas montañas que Repsol, con el respaldo de los ayuntamientos y las juntas vecinales de Igüeña y Noceda, quiere sembrar de aerogeneradores y horadar con kilómetricas líneas de evacuación eléctrica.

Registros de presencia de urogallo en la zona afectada por los parques eólicos y los años.junta de castilla y león

Los de 2020 y 2024 han sido los registros más recientes, pero en el histórico de la Junta de Castilla y León figuran hasta 86 registros que se corresponden con esta zona, siendo la mayor parte de los datos de ocupación anteriores a 2012, pero también de 2013 y 2016.

«El urogallo es una especie que se encuentra en total regresión dentro de su área de distribución histórica, habiéndose perdido ya las poblaciones más al oriente de Castilla y León (la Montaña Palentina y la zona oriental de León) y más al occidente (Ancares). La población se mantiene, con una tendencia a la baja, en la ZEPA Alto Sil y en la ZEPA Omañas, en el término municipal de Murias de Paredes, y ha experimentado una importante reducción dentro la ZEPA Omañas en el término municipal de Riello», explican fuentes de la Junta de Castilla y León.

A falta de conocer los motivos exactos de la declaración de impacto ambiental negativa al parque eólico Alto Bierzo-Sil que el Miteco ya ha anunciado que publicará próximamente en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y cuando se acaba de cerrar el plazo para la presentación de alegaciones a los otros dos proyectos de Repsol (El Páramo y Ampliación El Páramo), los datos de la Junta de Castilla y León confirman la evidencia de la existencia de urogallo en la zona directamente afectada por las infraestructuras asociadas a los mismos ya cuando estos se estaban tramitando. Instalaciones industriales que afectan directamente a la ZEPA Alto Sil y se localizan a menos de siete kilómetros del espacio ZEPA/ZEC Omañas.

Población en estado crítico en Castilla y León

La población de urogallo solo se mantiene, con una tendencia a la baja, en la ZEPA Alto Sil y en la ZEPA Omañas, en Murias de Paredes. Ha experimentado una importante reducción en Riello, también dentro de la zona protegida Omañas.

No extraña entonces que el consejero y portavoz de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo, confirmara, hace tan solo unos días y sin ofrecer más detalles, la redacción por parte de la administración autonómica de un duro informe «claramente desfavorable» y «determinante» contra la autorización ambiental al proyecto Alto Bierzo-Sil en los municipios de Igüeña, Noceda y Páramo. Cabe preguntarse ahora por qué la presencia constatada de ejemplares de esta especie y otras vitales, como el oso pardo, en estas montañas no ha servido para blindar un espacio que escapa a la Red Natura 2000 pese a gozar de un valor ambiental idéntico y corroborado al de las áreas limítrofes sí protegidas.

En abril del año pasado, la Consejería de Medio Ambiente de Castilla y León aprobó una inversión de casi dos millones de euros para la restauración y mejora del hábitat del urogallo cantábrico. «El éxito de las acciones previstas para la reversión de su estado de conservación requieren mejoras en el medio, de modo que la especie encuentre un epacio lo más favorable posible para poder recuperarse y volver a ocupar las zonas que en un tiempo reciente ha abandonado», recogía la comunicación con la que se hizo pública esa inversión.

Extensión de la población de oso pardo en los municipios de Páramo del Sil, Toreno, Igüeña y Noceda.junta de castilla y león

Eliminar las amenazas para favorecer la supervivencia de adultos y el éxito reproductor, cuando se acumulan quince años de pérdida de presencia en las zonas estables dentro de los municipios afectados por los proyectos eólicos, es la base de ese trabajo con medidas específicas —además de la recuperación del hábitat- como la reducción del efecto de los predadores y la restricción de los accesos a los cantaderos en época de cría para evitar molestias en un periodo crucial para la especie. Los parques eólicos son una de esas amenazas y no solo para el urogallo, sino para las otras especies que cohabitan en la zona, incluido el oso pardo que, esta sí, está «totalmente en expansión», subraya la Consejería de Medio Ambiente. Y eso se debe, principalmente, «a la pujanza de las zonas reproductoras de Alto Sil y Alto Narcea (Asturias)», señala también.

«La base histórica de seguimiento del oso pardo en Castilla y León cuenta con 27.000 registros confirmados de presencia, de los que 1.379 están dentro de los términos municipales de Páramo del Sil, Toreno, Igüeña y Noceda», siendo los tres primeros los que «más presencia tienen» y es «regular», dice la información oficial.

Dos zonas reproductoras de oso pardo históricas y estables

Dos de los principales núcleos reproductores del oso pardo en Castilla y León están en el Alto Sil y Gistredo, donde hay presencia estable de osas con crías desde hace bastante más de una década. Uno de ellos están en el municipio de Igüeña, en torno al nacimiento del río Boeza, donde «se ha constatado reproducción durante los últimos quince años», aseguran fuentes de la Consejería de Medio Ambiente de Castilla y León. La otra zona reproductora «histórica estable» es la zona norte del término municipal de Páramo del Sil, en su límite con Palacios del Sil.

Registro de presencia de osas con crías (zonas reproductoras) en Alto Sil y Gistredo.junta de castilla y león

Los dos espacios descritos son vitales para que el plan de recuperación y expansión de la especie siga su curso con el éxito demostrado hasta el momento, certificado con casi 1.400 registros de presencia en los últimos años en ambos municipios y también los de Toreno y Noceda del Bierzo. Observaciones directas, huellas, excrementos y daños ocasionados a la apicultura, la agricultura o la ganadería son indicios que los técnicos de la Junta de Castilla y León utilizan para determinar la localización y los movimientos de los ejemplares de oso pardo.

La Administración autonómica también confirma datos de presencia de osas con crías en el municipio de Toreno, con registros en 2020 y 2021. No obstante, «en los siguientes años no se ha podido seguir confirmando la presencia de grupos familiares en esta zona», aseguran desde la Dirección General de Patrimonio Natural y Política Forestal, que es la encargada del seguimiento de la especie y de las medidas de gestión tanta sobre las poblaciones como sobre el hábitat que ocupan.

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