Diario de León

Rector de la Basílica de la Encina

«Me gusta ser un cura de pueblo»

El premio Ciudad de Ponferrada de la Cultura recogerá hoy su galardón en un acto convocado en el Teatro Bergidum y anuncia la apertura en un año del Museo de La Encina

Antolín de Cela posa junto al órgano de la Basílica de La Encina en una imagen reciente

Antolín de Cela posa junto al órgano de la Basílica de La Encina en una imagen reciente

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Carlos Fidalgo - ponferrada
Ponferrada

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Un referente de la cultura de la ciudad en las últimas tres décadas, promotor de proyectos como el Hogar del Transeúnte el albergue de peregrinos, la Asociación de Amigos del Camino de Santiago, el Aula de Música Esteban de la Puente del Instituto de Estudios Bercianos, administrador del Hospital de la Reina, impulsor del Museo de las Cofradías, de la recuperación del Monasterio de San Pedro de Montes. Y antes que todo y sobre todo, párroco de La Encina y hombre de Dios en contacto con la gente. Antolín de Cela recogerá mañana el premio Ciudad de Ponferrada en un acto previsto a partir de las 20 horas en el Teatro Bergidum. -¿De qué se siente más satisfecho? -Lo que siempre he sido y me gusta ser es un cura de pueblo. Un cura que acompaña y está entre su gente, que conoce a las familias que le han sido encomendadas, a los amigos, a la ciudad, a los ponferradinos. Un cura que puede entrar en las casas, que puede andar por la calle, hablar con las personas, con los jóvenes, los mayores, los que van a solicitar el matrimonio y los que piden datos para su tesis doctoral o un trabajo sobre Ponferrada, sobre la música o el patrimonio. El trato directo con la gente es lo que tiene más noble esta profesión. -El jurado del premio ha valorado su influencia y sabiduría en el arte, la literatura y las tradiciones, y su labor en la recuperación de señas de identidad del Bierzo. -No sé qué han querido ver con esto, porque yo no me presenté al premio. Parece ser que lo convoca el Ayuntamiento y lo hace público, y que en mi caso fueron instituciones quienes lo pidieron sin yo saber nada; el Instituto de Estudios Bercianos, La Obrera, y El Casino, cofradías... No sé lo que vieron en mí y en mi actividad para darme este premio. Me imagino que la cultura es el cultivo de lo más noble del ser humano y habrán visto mi trayectoria en favor de la cultura del Bierzo. Llevo va ha hacer 30 años, vine en 1976 al Bierzo, y al principio fui el primer presidente de la sección de publicaciones del Instituto de Estudios Bercianos, nació la revista conmigo, colaboré en el cancionero berciano, en un libro sobre Cristóbal Halffter, he sacado adelante el concurso de composición para órgano. He tirado un poco por las fundaciones culturales como la Ana Torres Villarino, con más de treinta libros publicados, más la revista del archivo de La Encina. He promovido conciertos de música sagrada, he intentado revitalizar el patrimonio con el Monasterio de Montes y Peñalba y la Basílica de La Encina, y estoy con el proceso de conseguir Las Edades del Hombre y poner en marcha el Museo de la Basílica, al que no renuncio y que espero que podamos verlo en un año. Me imagino que esta tarea y lo institucional propio del rectorado como son las Fiestas de La Encina, las tradiciones del pueblo y su reposición es lo que habrán visto. -Su idea para el Monasterio de Montes es abrir un Casal de Paz. ¿Es compatible con la visita turística? -El sueño que tengo en la cabeza es rehabilitar Montes y de momento se va cumpliendo, aunque muy lentamente. Montes, o queda hecho un montón de piedras, comido por la hiedra, o le damos una utilidad. Ha sido bueno que se haya hecho la limpieza, cerrado las paredes y se haya valorado el yacimiento, y que se haya consolidado. Con la segunda fase va a haber una consolidación de la iglesia y habría que continuarla, bien desde el lado privado o público, o de ambos, para darle utilidad. Y en la utilidad está ése Casal de Paz donde uno pueda llegar y con limpieza tomar agua, comer o descansar en medio de la austeridad y la dignidad que debe tener el lugar. Sin que eso tenga que romper y convertir en un lado de turismo todo eso, pero que sí se pueda descansar y caminar por las sendas hasta la cueva de San Genadio, a La Aquiana. Tiene un valor enorme y no se puede desaprovechar. -También hablaba de las Edades del Hombre. ¿Qué supondría para Ponferrada? -Le daría una promoción impresionante en toda España. La conciencia que necesitamos los bercianos y los ponferradinos de que tenemos patrimonio que conservar, que exhibir, que valorar, propio, y que con lo nuestro y con lo que otros nos puedan ceder para un evento de estos podemos promover el conocimiento de nuestra historia, de nuestras tradiciones, de nuestra manera de vivir y entender la fe y la existencia humana. -Enhorabuena por el premio. -Yo no pedí este premio, pero lo tengo que agradecer. Ha sido la gente la que ha dado este paso y se lo agradeceré (en el Teatro Bergiudm). Ya quiero que os hagáis eco de mi agradecimiento a la gente y de mi anonadamiento. Qué Dios los perdone.

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