Los ecologistas critican el uso de herbicidas de alta toxicidad Un enjambre peligroso en el centro de Ponferrada La peste negra de las abejas

La asociación ecologista A Morteira ha denunciado el uso de herbicidas de alta toxicidad para eliminar maleza de las cunetas de las carreteras en zonas protegidas como los Ancares. Los ecologistas consideran que con esta actuación se daña muy seriamente tanto los arroyos como la flora y la fauna de estos parajes de alto valor ecológico. Precisamente la denuncia de la citada asociación hace referencia a espacios como los comprendidos en Vega de Espinareda y los valles de Burbia y Fornela, por citar sólo algunos ejemplos del uso de estos herbicidas. A Morteira considera que esta situación se viene produciendo desde hace ya algún tiempo a pesar de sus reiteradas quejas. Los ecologistas consideran que la eliminación de maleza en estas zonas puede realizarse con otros procedimientos y el uso de otros productos que no sean dañinos para el medio ambiente ni para el ecosistema de estos parajes protegidos del Bierzo. En Galicia piensan que son los insecticidas, cada vez más poderosos. Otras voces lo atribuyen a las ondas de los teléfonos móviles. Pero el misterio de la desaparición de las abejas -hasta 300 millones de ellas en el Bierzo durante la campaña anterior- tiene nombre de hongo y procede de Asia, según la Asociación Berciana de Apicultores, que estima que la enfermedad de la nosemiasis es la verdadera causante de la elevada mortandad de los enjambres en los últimos años, y directamente responsable de la caída de la producción de miel en un 60 por ciento. Lo que está sucediendo con los enjambres y el hongo nosema apis , que afecta al aparato digestivo de las abejas obreras, los zánganos y las abejas reinas, sólo es comparable con la epidemia de la Peste Negra en los humanos durante la Edad Media. El presidente de los apicultores bercianos, Santiago Arroyo, estima que la comarca ya ha perdido del orden de seis mil colmenas por la virulencia del hongo, y la producción habitual de 120.000 kilogramos de miel anuales se ha resentido hasta el punto de que apenas ha alcanzado los cincuenta mil en la última recolección. Y que las abejas desaparezcan sin dejar rastro no tiene ningún misterio, según Arroyo. «Ninguna abeja muere en la colmena, salen a morir fuera», explica. Dificultades para volar Los enjambres enfermos ingieren el hongo -más resistente en Asia y que ha llegado a Europa al mezclarse las abejas- con el alimento y los síntomas aparecen enseguida; dificultades para el vuelo, temblores de alas, movimientos espasmódicos, y diarreas causadas por la inflamación de los intestinos. «En un mes se te muere toda la colmena», afirma Arroyo, quien considera «absurdo» atribuir la mortandad de las abejas a la telefonía móvil, y descarta que los insecticidas estén detrás de la desaparición masiva de enjambres. La solución en un jarabe La buena noticia es que la nosemiasis, también llamada noseomatosis, tiene tratamiento, y la solución, aunque parezca un tópico, está en un jarabe. Se trata de un producto elaborado con el principio activo de la fumagilina y que administrado en primavera debe mezclarse con azúcar y agua. Para explicar todo esto, la asociación de apicultores, con 80 socios en el Bierzo, ya ha convocado una reunión en Camponaraya el día 10, que debe servir al menos para que todos los productores resuelvan el misterio que asola sus colmenares. Las abejas estarán desapareciendo en las colmenas en los últimos años, pero ayer se dejaron ver en pleno centro de Ponferrada. Un enjambre especialmente revoltoso, que había instalado su colmena en uno de los árboles de la glorieta del Temple, obligó ayer a los bomberos a acordonar la zona para impedir el paso de peatones y a recurrir a un apicultor para hacerse con las abejas. La operación, entre el asombro de los peatones, dejó imágenes como la que muestra la fotografía.