Diario de León

PLENO DE LAS CORTES | LA VOTACIÓN SECRETA

El aborto rompe la disciplina del PP

Un ‘popular’ por León se suma a PSOE y Mixto a favor de retirar la ‘Ley Gallardón’ y otro voto se pierde. López celebra que haya «alguna conciencia» y para Carriedo fue «un error» o una «decisión personal».

Los miembros del grupo popular siguen las instrucciones de Sanz Vitorio en una votación, ayer, en las Cortes.

Los miembros del grupo popular siguen las instrucciones de Sanz Vitorio en una votación, ayer, en las Cortes.

Publicado por
RAQUEL SASTRE | Valladolid
León

Creado:

Actualizado:

El PP superó el martes por la noche el examen al que le sometió la oposición socialista en el Congreso, que forzó el voto secreto en su propuesta para tumbar la reforma de la ley del aborto, con la confianza de romper la unidad de los populares. El Grupo Socialista repitió la jugada en las Cortes de Castilla y León y, aquí sí, logró parcialmente su objetivo.

Un procurador del PP rompió la disciplina de voto y apoyó la iniciativa socialista, que pedía la retirada de la ‘Ley Gallardón’ y el desestimiento del Gobierno de Rajoy de llevar adelante cualquier cambio normativo sobre la ‘Ley Aido’.

Según fuentes del Grupo Popular, el disidente fue el leonés Pedro Muñoz, enfermero de profesión. En declaraciones a este periódico, sin desmentirlo en ningún momento, el aludido se limitó a afirmar: «El voto era secreto».

La proposición no de ley (PNL) del PSOE fue respaldada por 31 procuradores — los 28 socialistas presentes, dos del Grupo Mixto, y uno del PP— y rechazada por 50. Lo curioso es que, en el momento de la votación de todas las iniciativas debatidas esa mañana, había 82 señorías en sus escaños y 52 ocupaban la bancada azul.

El PP tumbó con sus 52 votos dos PNL, pero los noes a la del aborto fueron 50. Es decir, que además del que viajó a la bancada de enfrente, otro se perdió por el camino, como ocurrió la víspera en el Congreso, cuando desaparecieron cuatro.

Dos procuradores faltaron al pleno: la socialista Ana Sánchez, de baja por maternidad, y la popular Sonia Palomar, ausente por motivos personales justificados.

Pese a ser secreta, la votación no se hizo mediante el formato de papeleta en la urna. El Grupo Socialista no lo solicitó expresamente en la petición que había registrado esa misma mañana, al considerarlo irrelevante. Así es que sus señorías apretaron el botón.

No atendían las órdenes del secretario del Grupo ni se activaron las pantallas chivatas, pero todos fisgaban a su alrededor para comprobar cuál de los tres botones pulsaba su compañero de filas. Leído el resultado de la votación por parte de la presidenta de la Cámara, Josefa García Cirac, comenzó el revuelo. ¿Quién votó con la oposición? ¿Quién no apretó el botón?

El portavoz del Grupo Socialista, Óscar López, número tres en Ferraz, se apresuraba a tuitear: «Acabamos de votar en Cortes CyL iniciativa socialista contra la reforma de la ley de aborto. En voto secreto, aquí SÍ se ha roto el voto del PP».

Después, en los pasillos, admitió que, si bien los 31 votos han sido «insuficientes» para sacar adelante la iniciativa socialista, con ella sí se había demostrado que en el PP de Castilla y León hay «alguna voz, alguna conciencia, que está en contra de la reforma de Gallardón, que es un ataque a los derechos y libertades de las mujeres». «Se ha roto el voto del PP», afirmó.

Lo que para López era «matemática pura» — «el Partido Socialista es hoy incapaz de tener 31 votos si no es con algún voto del PP»— para el portavoz del Grupo Popular, Carlos Fernández Carriedo, podía tratarse de «un error» o una «decisión personal». En todo caso, restó importancia a la ruptura de la disciplina de voto, lo enmarcó dentro de la «naturalidad» y precisó que no hubo ninguna consigna sobre el sentido de la votación.

En el hemiciclo, durante el debate de la iniciativa, tanto la socialista Esther Pérez como el portavoz del Mixto, José María González (IU), criticaron la reforma de Gallardón por suponer un «ataque injustificado a los derechos y libertades de la mujer» y por tratarse de la «regresión a las tinieblas». «Es una traición a las mujeres (...) Ni siquiera una mayoría absoluta puede convertir derechos en delitos», resumió Pérez.

La popular Cristina Ayala se aferró a la literalidad de la PNL para rechazarla. «Nos piden que desistamos de cualquier reforma y no lo aceptamos porque va en el programa del PP». La procuradora echó mano de un recorte de prensa para exhibir la falta de consenso que hubo también en las filas socialistas en torno a la ‘reforma Aido’. «¿Por qué ahora apelan al voto de conciencia y no lo hicieron en 2010?», preguntó.

tracking