Casi 40.000 viajeros usaron el tren accidentado en Villada desde enero

El trayecto que cubre Vigo con Hendaya, el mismo que hacía el tren siniestrado el lunes 21 en la localidad palentina de Villada, fue utilizado por 39.445 personas en el primer semestre del año. En junio del 2005 el número de usuarios se situó en 32.856, lo que representa un aumento del 20% en el tráfico de viajeros. El línea que cubre la ciudad olívica y el País Vasco realiza paradas en Ourense, Monforte de Lemos, Ponferrada, León Burgos, Miranda de Ebro y Bilbao. Pues bien, el 83% de los billetes vendidos en ventanilla se corresponden con el triángulo formado por Ourense-Monforte de Lemos-Ponferrada; el 12%, con las subidas o bajadas realizadas en Castilla y León; y el 2% restante son cubiertos por los viajeros que tienen su origen o destino en Bilbao. Las cifras de pasajeros se incrementan «significativamente» en verano, según fuentes de la empresa ferroviaria. «Hasta por cinco se multiplica el número de plazas cubiertas en época estival», comenta a esta redacción un empleado de Renfe. El tren siniestrado el lunes partió de Vigo con 159 plazas de las 160 disponibles, correspondientes a los dos vagones que salieron de la terminal viguesa. El precio del billete es de 39,10 euros, y se obtiene un descuento del 10% en verano si se realiza la vuelta antes de 60 días naturales. Recortes en la línea El 13 de diciembre del 2004 la dirección de Renfe suprimió la histórica línea que unía Vigo con Hendaya. Los motivos, muy sencillos: los números no le cuadraban a la compañía. El trayecto, con treinta años de antigüedad, fue acortado hasta Bilbao. Sin embargo, la empresa pública mantuvo la línea A Coruña-Hendaya. Renfe apunta que no hay suficiente volumen de usuarios de la línea, que partiendo de Vigo, realicen el trayecto completo, que dura cerca de doce horas. Pero la demanda potencial que cubre el trayecto es de tres millones de personas, al incluir en este corredor la población del norte de Portugal, hasta Braga, que también emplea este servicio público. Dos céntimos La compañía ferroviaria cobra dos céntimos por billete vendido para sufragar los gastos de seguridad, que se han visto incrementados tras los atentados del 11-M en Madrid. Se trata de una cuantía fija, y por tanto, independiente del valor del tique comprado por el usuario en ventanilla. El aumento de personal, que vigila las instalaciones, la compra de éscaneres para el control del equipaje y la adquisición de otros medios técnicos han disparado esta partida, tanto para Renfe como para el Administrador de Infraestructuras ferroviarias (ADIF). Renfe también realiza un control de billetes, denominado check in , consistente en un control del pasaje antes de subir al convoy. El objetivo no es tanto por seguridad, sino comercial.