Diario de León

El invento del maligno

El rap de Jordi

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León

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El invento del maligno josé javier esparza

La cosa más chusca que uno ha visto en televisión en lo que va de año es un rap. Y no por el rap en sí, sino por su perpetrador: Jordi Hurtado, el conductor de Saber y ganar en La 2. Saber y ganar había cobrado ya una altura propiamente legendaria: todos considerábamos este programa como una suerte de reserva natural de la cultura en peligro de extinción televisiva. Por eso todos venerábamos a Saber y ganar y a su conspicuo conductor de tantos años. Pero esto cambia completamente las cosas. Porque además se permitió, Hurtado, el exceso de llevar semejante efusión al propio programa, de manera que uno veía Saber y ganar y lo que contemplaba era al amigo Jordi recitando al rapero modo las preguntas del concurso.

Se lo juro: he visto el vídeo en Internet. Es tremendo. Desolador. Consternante. He aquí a un héroe caído. Se ha derrumbado un mito. Si hasta en Saber y ganar se permiten tales cosas, es que el país ya no tiene remedio. Porque, para más inri, hay que decir que la naturaleza no ha dotado a Jordi con las virtudes precisas para salir airoso del trance: la estampa de Hurtado declamando un rap evocaba esas otras escenas, tan cotidianas, del riguroso oficinista que el día de su boda opta por ponerse la corbata en la cabeza, a modo de bandana malaya, y saltar sobre la mesa para ensayar un haka maorí. Es difícil estar más fuera de sitio. ¡Si al menos Hurtado hubiera reservado estas aficiones secretas para su ámbito privado, donde no puede lesionar las buenas costumbres ni los valores de la juventud-¦! Pero no: este tiempo decadente que vivimos ha querido que el respetado Jordi ejecute su osadía en la plaza pública, al aire las vergüenzas, sin recato ni consideración.

A partir de ahora ya no será posible ver Saber y ganar sin que a uno le venga a la cabeza, con la insistencia torva de un mal pensamiento, la imagen oprobiosa de Jordi Hurtado y sus comparsas fingiendo un rap alevoso y a traición, como un diputado que eructara en plena comparecencia. ¿Qué será lo próximo? ¿Lorenzo Milá imitando a Shakira? Lo dicho: se derrumba un mito.

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