Audiencias

El invento del maligno josé javier esparza

Vamos a hablar de algo que nadie quiere tocar, por miedo a perder la mano: la verosimilitud de las cifras de audiencia. El asunto apenas sale a la luz pública, pero entre bastidores es un clamor, y especialmente en el ámbito de las cadenas privadas. Ejemplo de campo: la otra noche, en TVE-1, un reportaje de Comando actualidad sobre la vida en la frontera (en distintas fronteras) se convertía en lo más visto de su franja en términos de público neto, con más de tres millones de espectadores. Era el típico programa que, de haberse emitido en La 2, no habría superado el 3%. Digo más: en Antena 3 o en Telecinco, no habría pasado del 9%. Y no por falta de calidad, porque la historia era buena, sino porque este tipo de asuntos, como es sabido, rara vez despiertan el entusiasmo de las masas. En el mismo sentido, el día anterior, el capítulo de Españoles en el mundo dedicado a Moscú superaba los 2,8 millones de espectadores. Sobre él puede decirse lo mismo que sobre el otro: un buen programa, pero lejos de eso que se llama «un producto de éxito». Y la pregunta es la siguiente: ¿Es que la mayoría de la gente tiene puesto el canal de TVE-1 y no lo cambia para nada, o es que en el proceso de medición de audiencias hay algún tipo de elemento que privilegia los resultados de TVE-1 en perjuicio de los otros canales? No afirmo nada: sólo pregunto. Porque no me consta que haya pucherazo, pero es evidente que los datos cuadran mal con lo que se conoce como «gustos de la audiencia». Este asunto, ya digo, en las grandes privadas es un clamor subterráneo, y también en las digitales, que día a día constatan cómo sus cifras oficiales de audiencia encajan muy mal con el eco que sus programas obtienen en anchos sectores sociales. Por decirlo de otro modo: las cifras oficiales no terminan de corresponder con la experiencia cotidiana. Siempre hay alguien que sabe mucho más que uno sobre estas cosas, así que, con toda humildad, me pliego a recibir cuantas explicaciones sean necesarias. Pero que me lo expliquen, por favor, porque esto se entiende muy, pero que muy mal.