El órgano de la Catedral estará montado en agosto y será de los mejores del mundo

De momento sólo son tablas de extrañas formas, estructuras cuadradas que en realidad conforman tubos y maderas embaladas. Y aún faltan las piezas metálicas y los teclados. Algo de lo que no se adivina su forma ni finalidad. Pero cuando esté montado dentro de cuatro meses, será uno de los mejores órganos del mundo. Y estará en la Catedral de León.

El nuevo instrumento ha supuesto un coste de 1,7 millones de euros para el Ministerio de Cultura (30%); la Junta (20%); Caja España-Duero (20%) y el Ayuntamiento de León, el Cabildo de la Catedral y la Diputación, que se reparten el 30% restante. El órgano llegó a primera hora de la mañana de ayer procedente de la nublada Bonn, ciudad natal de Beethoven, en grandes camiones azules y amarillos que aparcaron en la fachada sur de la Catedral.

Varios operarios fueron bajando con cuidado las grandes piezas e introduciéndolas en el templo, donde seis organeros de la Orgelbau Klais de Bonn comenzarán a montarlo en los próximos días.

Este taller lleva desde el siglo XIX dedicado a las construcción de órganos para iglesias y salas de conciertos de todo el mundo. El resto de las piezas llegarán en mayo, cuando está prevista la visita del luthier Philip Klais, creador del instrumento.

El órgano tendrá ocho fachadas, cinco teclados y 4.344 tubos exactamente y las últimas innovaciones técnicas. «Será uno de los órganos más modernos del mundo y más grande en sonoridad. Uno de los mejores», explicaba ayer con satisfacción Samuel Rubio, presidente de la asociación de Amigos del Órgano de la Catedral de León. Para él, su llegada supone el fin de 30 años de espera. «Cuando creamos la asociación, la primera finalidad fue promover la construcción de un nuevo órgano. Han sido años de sinsabores y desánimo, pero estaba seguro de que este momento llegaría. Hoy es un día histórico para la ciudad de León, la cultura y la música».

El nuevo instrumento se estrenará precisamente en el Festival de Órgano el próximo 21 de septiembre y se espera que sea un aliciente para traer a la provincia a algunos de los mejores organistas internacionales. «Ya hemos recibido solicitudes», afirma Rubio, que aboga por que el resto del año se hagan también conciertos. «Somos conscientes de que el órgano llega en unas circunstancias horrorosas. Pero éste es un juguete de lujo que no podemos dejar en un armario, tenemos que prolongar el festival a lo largo del año».

Aprovechando las primeras fases del montaje, en la primera quincena de mayo se comenzará a colocar la conocida como vidriera de La Cacería, que queda detrás del instrumento. ¿Y cuál será la primera pieza que se toque en él? Aún no está decidido. «Una española del siglo XVI», propone Rubio. Sea la que sea, hay órgano en la Catedral para otros cien años.