Mario Vaquerizo y el ternero

Crítica de televisión yolanda veiga

Nos encanta Mario Vaquerizo, de verdad. Pero no debería salir de los límites de El Hormiguero o del reality que hacía con Alaska en la MTV. Que no le vuelvan a llevar de invitado a Pasapalabra ( se trata de que los famosos ayuden a los concursantes) y muchos menos a MasterChef junior. Ya lo comentamos cuando ocurrió: ¿qué demonios hacía Vaquerizo en el programa de niños cocineros de TVE?

No es precisamente el mejor abanderado de la Sociedad Española de Nutrición, ni el mejor amigo de los niños, aunque la verdad es que los chavales se volvieron locos de alegría cuando le vieron. A nosotros en casa se nos quedó cara de desconcierto, porque realmente Vaquerizo fue a hacer nada, ni cocinó, ni comió, ni nada. Solo fue de visita. Extraño visitante...

Así se lo ha parecido también a alguno de los que vieron el programa desde casa. El último ‘informe de menores’ de la defensora del espectador de RTVE recoge 62 quejas sobre MasterChef junior. La mitad (32) denuncian la ausencia de subtítulos en el programa final, pero los responsable del subtitulado dicen que no fue culpa suya: la grabación no se entregó con el tiempo suficiente.

Otras 19 cartas son quejas por llevar a un ternerito al plató para explicarles a los pequeños chefs de dónde salía la carne que iban a cocinar luego. La defensora de RTVE cree que fue «una falta de tacto» porque encima los críos cogieron al animalico (este sí estaba vivo, no como los calamares gigantes de Mariló) «como si fuera una mascota».

En realidad, el alborozo con que los chavales recibieron al ternero fue similar a la mostraron cuando apareció Mario Vaquerizo. La presencia del artista en el programa fue objeto de... ¿una queja, de dos? No lo sabemos porque la defensora la ha metido en la categoría de ‘varios’, junto a otras denuncias, como que los niños usaran fuego (es un programa de cocina), o por el horario de emisión (acabó a medianoche).

En RTVE siguen sin aclararnos qué pintaba Mario en MasterChef. Nos encantaría que nos lo hubieran explicado. Por curiosidad, ¿eh?