OBRAS EN EL PATRIMONIO
La Catedral de León hará los deberes en septiembre
Restaurar la vidriera S-XIII, los pinaculos del claustro y los arbotantes de la girola costará 530.000 euros
Detalle del claustro de la Catedral de León, cuyos pináculos serán restaurados en septiembre, financiados por el Cabildo y la Diputación
La Catedral de León sufre ‘la maldición del topo’. Cuando acaba una restauración ya tiene que empezar otra. En septiembre volverán las obras, gracias a los ingresos que porporciona la taquilla —los 5 euros que pagan quienes visitan el templo gótico—, además de una aportación de 15.000 euros de la Diputación.
La Corporación Provincial y el Cabildo sufragarán la restauración y reposición de los pináculos de la crestería del claustro, por importe de 30.000 euros. Precisamente, la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural aprobaba ayer este proyecto, que incluye la preconsolidación de fábricas, sustituir los elementos perdidos y garantizar un tratamiento de protección y consolidación a las superficies de piedra.
No es la única intervención que tiene pendiente la Catedral. La girola es el próximo objetivo. Dentro del programa El Sueño de la Luz, el Cabildo tiene previsto invertir más de medio millón de euros en rehabilitar los arbotantes y contrafuertes de la nave que circunda el altar mayor y proseguir con el programa de recuperación de vidrieras. Es una «zona prioritaria», según el administrador de la Catedral, Mario González. La próxima vidriera que desmontará y salvará la empresa Esoca es la llamada S-XIII —según la nomenclatura oficial—.
En febrero un gigantesco ‘tentáculo’ que alcanzaba los 80 metros de altura se plantó ante la Catedral para someter a la Torre Sur a una reparación de emergencia. Las obras costaron 62.000 euros y el objetivo era sellar las fisuras y grietas detectadas días después de que se desplomara un vierteaguas de medio metro de largo, que se estrelló contra el suelo, fuera del perímetro de seguridad de la verja que rodea el edificio gótico.
En lista de espera
Es la única gran obra que se ha llevado a cabo este año. Mientras, la Junta sigue sin pronunciarse sobre las 23 estatuas apeadas del pórtico hace seis años y trasladadas al claustro. El Cabildo ha reiterado en varias ocasiones que está dispuesto a sufragar el coste de las réplicas, pero la Consejería de Cultura no da una solución definitiva. El gravísimo estado de conservación de las esculturas góticas obligó a retirarlas aún a riesgo de que alguna no soportara el corto traslado hasta el interior del templo.
La idea era restaurarlas y devolverlas a su lugar original o, si así lo determinaban los técnicos, colocar réplicas, como la propia Virgen Blanca, que ahora luce solitaria en la fachada y fue esculpida por Seoane en los años cincuenta.
Hay obras que llevan años en ‘lista de espera’, como la restauración del hastial sur. El gobierno de Zapatero colocó una gran marquesina en esta fachada para ‘rastrear’ las grapas metálicas colocadas durante la gran restauración de la Catedral llevada a cabo a finales del XIX y que a la larga han resultado muy dañinas para el edificio. Una estructura metálica plantada hace cinco años, supuestamente para rehabilitar uno de los puntos débiles de la Catedral, que parece haber caído en el olvido.
La creación de un taller de restauración permanente, que ‘tenga al día’ el edificio en lugar de intervenir cuando se detectan graves daños, es una vieja reivindicación del Cabildo que nunca se ha conseguido poner en marcha, pese a que ahorraría dinero y frenaría el desgaste de un edificio que se mantiene en pie de milagro, tal y como explicó el arquitecto conservador, Mariano Díez-Saenz de Miera cuando se desplomó el último gran bloque que exigió una intervención de urgencia en la llamada Torre del Reloj.