Diario de León

LOS ANTEPASADOS

Wenceslao era un tipo corriente

El mesolítico de La Braña-Arintero, presente en los 12 genes que resumen la evolución humana europea

El genoma del hombre de La Braña-Arintero, el primero en secuenciar del Mesolítico, sigue aportando novedades a la ciencia

El genoma del hombre de La Braña-Arintero, el primero en secuenciar del Mesolítico, sigue aportando novedades a la ciencia

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ANA GAITERO | LEÓN
León

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Wenceslao era un tipo corriente del Mesolítico. Un cazador moreno y de ojos azules, rasgos con los que sorprendió el primer genoma secuenciado de un humano mesolítico, era lo habitual, en la montaña leonesa, donde se hallaron sus restos óseos, y en toda Europa hace 8.000 años. Así lo desvela el nuevo estudio realizado con los genomas de 230 individuos de la prehistoria publicado ayer en la revista Nature.

El mesolítico leonés encontrado en una cueva de Valdelugueros está presente en los 12 genes que resumen la evolución humana europea en el período que ocupa la era de los últimos cazadores, los inicios del Neolítico, la Edad del Bronce (15 individuos de Atapuerca) y la Edad del Hierro, hace 3.000 años.

Es el «primer estudio global de selección natural genética» que identifica los genes que han dejado marca en la evolución del humano europeo.

Carles Lalueza-Fox, del Instituto de Biología Evolutiva del CSIC-Pompeu Fabra y padre del genoma del hombre de La Braña-Arintero es uno de los coautores del nuevo estudio. Los genes desvelan cómo se ha adaptado el europeo al entorno para sobrevivir en el continente.

La piel clara es muy reciente, en términos de evolución humana, en Europa y está asociada a la llegada de los agricultores que iniciarían la etapa neolítica con nuevos patrones alimenticios que quitan el monopolio a la carne como principal nutriente.

Y no tomaba leche

Desde el punto de vista de la dieta se ha descubierto que la lactasa, la enzima que permite digerir la leche en la edad adulta, aparece en el cuerpo humano hace 4.300 años. Por tanto, Wenceslao, tras abandonar la lactancia materna, no volvió a probar la leche.

«La mutación no se requiere si procesas la leche, por ejemplo, para hacer queso; por lo tanto, no significa que estas poblaciones no aprovecharan antes este recurso.

Hacia la Edad de Cobre, la fuerte influencia que Centroeuropa recibe de los nómadas de las estepas podría indicar que fueron ellos los que introdujeron el cambio genético en el continente, pero no se sabe con exactitud», precisa Lalueza-Fox.

Otros genes están implicados en la respuesta inmune y confieren resistencia a enfermedades como la tuberculosis y la lepra y otros que aún no se han podido distinguir. También se han detectado genes relacionados con la estatura que, según una nota del CSIC, indican que las poblaciones ibéricas decrecieron a partir del Neolítico, según los datos genéticos aportados por los individuos de El Mirador (Atapuerca).

La reciente investigación ha sido liderada por David Reich, Ron Pinhasi, del Broad Institute de Harvard el University College de Dublín (Irlanda), y Wolfgang Haak, del Max Planck Institute (Alemania) con la colaboración del Instituto de Biología Evolutiva CSIC-UPF, el Instituto Catalán de Paleoecología y el Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (CNIEH) de Burgos.

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