Diario de León

Y el hombre venció a la carcoma

El tesoro barroco. de Grajalejo de las Matas a punto estuvo de venirse abajo, devorado por los insectos. Ahora, tras seis años de delicados trabajos, el retablo acaba de ser repuesto en su lugar original..

El retablo de Grajalejo de las Matas, del siglo XVI, una vez restaurados y colocados todos sus elementos en la iglesia. MARCIANO PÉREZ

El retablo de Grajalejo de las Matas, del siglo XVI, una vez restaurados y colocados todos sus elementos en la iglesia. MARCIANO PÉREZ

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

e. gancedo | león

«El retablo murió». De esta gráfica manera calificaba en su día la restauradora Marta Eva Castellanos el estado límite en el que se encontraba la joya barroca de Grajalejo de las Matas, pequeño pueblo del sur de León cuyo retablo habí sido presa de un enemigo tan diminuto como letal: carcomas y termitas.

Estos insectos devoradores de madera habían afectado de tal manera el retablo, pieza señera de la escuela de Juan de Juni, que su labor de salvación ha sido una de las más delicadas que se recuerdan en el Centro de Restauración del Patrimonio que la Diócesis posee en una de las alas del Seminario Mayor. Después de más de tres años de trabajo, las muy diversas piezas, fragmentos, tallas y elementos ornamentales del retablo acaban de ser colocados en su integridad, complejísimo puzzle; un trabajo en cuya última fase, además de operarios del Centro, ayudaron en tareas accesorias varios vecinos de la localidad.

Escayolado hasta León

Dedicado a Martín de Tours, santo francés llegado sin duda a la comarca con la afluencia franca que penetró a través del Camino de Santiago, el retablo data del año 1597, tal y como figura en el propio altar. Una joya barroca cuya situación era tan crítica que Castellanos tuvo literalmente que ‘escayolar’ sus diversas partes en envolturas especiales para poder transportarlo hasta el taller ubicado cerca de la Catedral. Así, y como es costumbre en el Centro, la primera intervención consistió en limpiarlo de insectos xilófagos introduciéndolo en la cámara de desinsectación, un valioso artefacto sufragado hace ocho años por Caja España por 41.000 euros. El proceso, en concreto, se basa en someter los elementos de madera en los que se encuentran estos insectos y otros patógenos a muy bajas temperaturas, sobre los 20 grados bajo cero, durante 24 horas.

Pero, además, también se encontraban muy dañadas las diez pinturas —ocho sobre tabla y dos sobre lienzo— que cubren los encasamientos del retablo, donde hay representaciones de la Anunciación, de las virtudes de la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza, así como de San Isidro Labrador en el momento de realizar el milagro del agua y de San Martín de Tours compartiendo su capa con un pobre.

Del retablo sólo se había salvado la ‘película pictórica’ y una capa mínima de madera —más fina que un palillo— . Luego llegó lo más difícil: restituir la madera a ese delgadísimo estuco, capa a capa. Un trabajo de enorme envergadura y complejidad que más bien parece un milagro.

tracking