Diario de León

EL TIEMPO DE LOS INDIANOS

El museo de los que se fueron

La Fundación Cepa convierte el día 19 la Casona de los Pérez en el Museo de la Emigración Leonesa La exposición, casi toda interactiva, recrea varios negocios de los que se instalaron en Sudamérica.

El 19 la Casona de los Pérez será el Museo de la emigración leonesa.

El 19 la Casona de los Pérez será el Museo de la emigración leonesa.

León

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Se llama Mel y abre el día 19 a las 19.00. La Fundación Cepa ha convertido la Casona de los Pérez —en Suero de Quiñones— en el museo de los que se fueron. Es el sueño de los hermanos Cesáreo y Pablo González Díez, que emigraron a México en los sesenta. La exposición, que ocupa prácticamente todo el inmueble, incluido el sótano y el bajocubierta, ha sido diseñada por el personal del desaparecido Museo Modelo de Ciencias e Industria (Mumci) de Toluca.

La primera planta del edificio recrea, a través de los negocios más exitosos montados por leoneses, los inicios y las condiciones de vida de estos indianos, como una abarrotería (un colmado), una tienda de tejidos y una panadería-rostisería (asador de pollos). Una de las salas está dedicada a la cervecería Modelo, en cuya fundación y expansión han tenido mucho que ver varias generaciones de leoneses.

El Mel, que ha tomado ideas de otros museos de la emigración, como el de Dublín o el de Zamora, se centrará inicialmente en México, uno de los principales países de acogida de los leoneses que hicieron las Américas. Pero el objetivo es que, con el tiempo, sea la ‘casa’ de todos los indianos.

En la primera gran inmigración ultramarina, entre 1911 y 1929, 54.612 leoneses cruzaron el Atlántico. De ellos, únicamente 817 desembarcaron en México; la mayoría optó por Cuba y Argentina. Buena parte de ellos procedían de la montaña leonesa, como la saga de los González Díez.

La segunda gran oleada migratoria se produjo entre 1946 y 1967. En esos años, 14.431 personas dejaron atrás esta provincia. Veracruz, tras la Guerra Civil, abrió la puerta a 30.000 españoles ‘derrotados’, también un puñado de ellos leoneses.

La voz de la emigración

El museo de la Fundación Cepa quiere darles voz. Contar por qué se fueron y qué encontraron al otro lado del océano.

Una de las «joyas» de la exposición, según la fundación, es una gran pantalla en la que se pueden escuchar los testimonios de algunos de los leoneses que protagonizaron esta gesta migratoria. Cuentan qué sintieron cuando llegaron a su patria de acogida y lo que les llamó la atención. Muchos nunca habían salido de su pueblo y no habían visto una gran ciudad hasta que recalaron en México.

El Mel, cuya vocación es ser un museo entretenido, donde los niños también puedan conocer de una forma divertida la historia de sus antepasados, ofrece la posibilidad de hacerse un pasaporte virtual que certifica la visita. Juegos, pantallas interactivas y tecnología permiten seguir el relato de los que buscaron a miles de kilómetros la oportunidad que no tuvieron en su tierra.

Una maleta gigante, del tamaño de un armario, invita a hacer el equipaje virtual del emigrante, sin excederse del peso. Hay que elegir entre dos pares de zapatos, un traje, un pantalón viejo, una camisa de trabajo, una imagen de la virgen del Camino... La excepción en el museo es el conocido relojero Losada, que logró fama y fortuna en Londres. Lo han elegido porque «representa el espíritu del hombre leonés que acabó siendo un orgullo para esta tierra», afirman fuentes del Mel.

La espectacularidad del baño original de la Casona de los Pérez decidió a los responsables del Mel a conservarlo tras una puerta de cristal. «Todas las modificaciones son reversibles», explican. Y el mobiliario antiguo se lo han prestado al Museo de Botines, para la muestra que recrea cómo eran las viviendas originales del edificio de Gaudí.

En el Mel, al que se accede por la parte trasera de la Casona, tiene un peso relevante la Agrupación Leonesa de México, lugar de encuentro de todos los indianos de esta provincia, que durante décadas funcionó como un club social, donde se organizaban bailes regionales y comidas de fraternidad.

Los historiadores suelen argumentar como principal causa de la oleada migratoria leonesa a Sudamérica la crisis del mundo rural y la presión demográfica. En el caso leonés es fundamental el papel de las cadenas migratorias, las redes de parentesco y vecindad, así como las estrategias familiares: el indiano que hacía fortuna acababa reclamando a hermanos, primos, amigos...

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