Diario de León

Mariano Gutiérrez Lanza, el leonés que dominó los cielos

Jesuita y leonés, fue un pionero de la meteorología y un prestigioso astrónomo

Fotografía de Mariano Gutiérrez Lanza junto al Cuatro Vientos, el avión con el los pilotos Mariano Barberán y Joaquín Collar Serrano realizaron en 1933 el vuelo Sevilla-Camagüey. DL / ARCHIVO

Fotografía de Mariano Gutiérrez Lanza junto al Cuatro Vientos, el avión con el los pilotos Mariano Barberán y Joaquín Collar Serrano realizaron en 1933 el vuelo Sevilla-Camagüey. DL / ARCHIVO

León

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Meteorólogo, astrónomo y sismólogo. Un adelantado a su tiempo. El leonés Mariano Gutiérrez Lanza está enterrado en el cementerio de Colón, en La Habana, declarado Monumento Nacional. Nació en la pequeña localidad de Pardavé de Torío el 26 de mayo de 1865. A los 18 años ingresó en los jesuitas, que le envían a La Habana como profesor del Real Colegio de Belén, a pesar de no haber sido aún ordenado sacerdote. Posteriormente, ingresó en el Colegio Máximo de Oña (Burgos), donde estudió durante siete años Fisicoquímica, Filosofía y Teología; especializándose en Astronomía y Meteorología. Allí recibe en 1899 su ordenación sacerdotal el 31 de julio (festividad de San Ignacio de Loyola).

Su siguiente destino será la Universidad de Georgetown, en Washington, una de las más antiguas de Estados Unidos, fundada en 1789, donde seguirá cursos avanzados de Ciencias Exactas y Naturales. Tres años después es él el que imparte clases y realiza algunos estudios en importantes observatorios astronómicos del país. Con un brillante expediente académico, es enviado nuevamente a Cuba, primero al Observatorio de Cienfuegos y más tarde al de Belén, donde escribe algunos trabajos que tendrán difusión internacional, como Puntos de vista sobre terremotos, Climatología cubana o Catálogo de ciclones en Cuba. Participó en la construcción de la estación sismológica de La Asunción, en La Habana, inaugurada en febrero de 1907 y una de las mejor equipadas de América Central. El 13 de enero de 1910 realizó la primera observación desde suelo cubano del cometa Halley —que no era visible a simple vista y cuando aún transitaba más allá de la órbita de Marte— , utilizando el telescopio que por aquel entonces tenía el Observatorio de Belén. El astrónomo leonés redactó un estudio sobre el mismo que presentó en la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana.

Vigía de tormentas

En 1924 se registró uno de los mayores huracanes que asolaron la isla en todo el siglo XX, sobre el que Gutiérrez Lanza elaboró su conocido trabajo titulado Un huracán sin precedentes , ampliamente difundido. No le limitó a teorizar. Gracias a sus alertas, numerosas embarcaciones consiguieron esquivar el temporal y arribar a puerto. Gutiérrez Lanza se convirtió en uno de los pioneros de la meteorología. En 1940 fundó una radioemisora desde la que se transmitían informaciones diarias del tiempo y boletines especiales en caso de ciclones.

Uno de sus pronósticos meteorológicos fue crucial para la gesta del avión Cuatro Vientos. Los pilotos Mariano Barberán y Joaquín Collar Serra, realizaron en 1933 el viaje Sevilla-Camagüey, casi 8.000 kilómetros y 40 horas de viaje, a bordo de un avión Breguet con motor Hispano-Suiza. Toda una hazaña, el mayor vuelo sin escalas de su época, superando el viaje de Charles Lindbergh. En Cuba fueron recibidos como héroes.

El jesuita leonés fue miembro emérito de la Academia de las Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana (1915), de la Sociedad Geográfica de Cuba y de la Sociedad Meteorológica de Lima. En 1935 recibió la Orden Carlos Manuel de Céspedes y la Orden de la República Española, con el grado de Comendador. Gutiérrez Lanza falleció en La Habana el 24 de diciembre de 1943 a los 78 años. Desde 2007, la plaza de Pardavé de Torío pasó a llamarse oficialmente Plaza Astrónomo Mariano Lanza.

Este año sus obras, como las de otros 136 autores españoles fallecidos en 1943, han pasado a ser de dominio público. Es el único leonés de una lista en la que destacan Carlos Arniches, Alfonso Nadal o Rodríguez Marín o el curioso es el caso de la autora teatral María de la Paz Valero Martín de Mazas y de su marido, Mariano de Mazas Mardomingo, que firmaban sus obras con el seudónimo de Alejandro Behr.

Cada año, la Biblioteca Nacional de España (BNE) hace una selección de obras digitalizadas de autores españoles que pasan a dominio público al cumplirse 80 años de su fallecimiento y que ya pueden ser editadas, reproducidas o difundidas públicamente. En el listado de 2024 figuran 137 nombres, entre los que se encuentran escritores, periodistas, artistas, músicos, académicos o políticos.

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