«Chonismo»

El invento del maligno

La noche del jueves, Gran Hermano echó a Carolina por la vía ordinaria y a Indhira por la vía extraordinaria. A la celosa malagueña de nombre indio y sangre a punto de ebullición, por tomarla con Carol (no confundir con Carolina), a la que volvió a llamar zorra («puta zorra») a la cara. Cara a la que también lanzó el contenido de un vaso: agua y cubitos de hielo. Tatiana se puso entre ambas para frenar la furia y el empuje de Indhira, pero lo hizo con el vaso en la mano, que menos mal que no llevaba un hacha porque si no también vuela como un tomahawk. Patético.

Servidora se ha criado disfrutando de las peleas de gatas. El catfight de toda la vida, por ser cursi. De Joan Crawford y Mercedes McCambridge en Johnny Guitar a Sally Field y Patricia Wettig en Cinco hermanos , pasando por las más grandes del género: Joan Collins y Linda Evans en Dinastía . Pero el duelo en la sombra de la casa de Guadalix ha sido muy aburrido. Y tan mal interpretado... Carol e Indhira declamaban sus insultos peor que Fernando Fernán Gómez soltaba aquello de «Señoriiiito» en El viaje a ninguna parte para cabreo de José María Caffarel, que interpretaba al director de la película («Corten o me corto los huevos aquí mismo»). De madrugada, Telecinco mandó el motorista a Indhira. Es decir, la llamaron al confesionario, le dijeron que se le había ido la mano (lo cual era literal) y le comunicaron que Gran Hermano la iba a expulsar. «Muchas gracias», dijo ella. Y parecía sincera, mucho más natural que al discutir con Carol. Que no se me olvide. Cuando empezó la pelea, Arturo (la razón última del enfrentamiento entre las dos chicas, aunque el detonante fue que Carol no saliera nominada), Arturo, digo, se veía en segundo plano quedándose en calzoncillos. Y cuando lo del vaso, el tío las miraba tumbado en la cama. De verdad, lo peor de todo, lo que como mujer me toca las narices, es que semejante ejemplar haya convertido a Indhira en un cruce entre Glenn Close en Atracción fatal y La gata loca . En serio, esto no es violencia, es chonismo.