Mejoran los ríos para el fin de semana

El tiempo soleado con ausencia de precipitaciones y la reducción del caudal desembalsado tras lograrse un margen de seguridad en los principales embalses, han propiciado una mejoría sustancial en la mayor parte de los ríos leoneses. Tras la jornada de apertura de la temporada de pesca el pasado domingo, que resultó bastante negativa en líneas generales, las noticias que van llegando dan cuenta de una ligera mejoría, al menos en ciertos ríos y siempre teniendo en cuenta los conocimientos y la experiencia de los pescadores. La afluencia de pescadores está siendo sensiblemente menor que en campañas anteriores y la explicación es bien simple: por una parte el estado de las aguas desanima a muchos aficionados que esperan mejores tiempos. Por otra, los muchos ceros y la ausencia de una sola picada genera también desánimo entre los que se aventuran con la caña a pesar de la mala situación. Pese a todo no faltan expertos ceberos que en estos primeros días consiguen el cupo. Las tiendas de pesca confirman, por otro lado, la gran cantidad de cucharillas que se están vendiendo.

A tenor de las informaciones parece claro que ni en el Esla ni en el Porma se está pescando bien. Tampoco este hecho es noticia ya que, desde hace algunos años, ambos ríos son de maduración tardía y a medida que va transcurriendo la temporada y va calentando el agua se va pescando mejor. Además las aguas bajaban muy frías y los caudales altos para esta época del año, si bien a partir del martes se han reducido algo los caudales. El Órbigo es el río regulado que soporta mayor presión de pesca. Los escasos tamos libres suelen encontrarse totalmente colapsados por cientos de pescadores ya desde las primeras horas de la mañana hasta bien entrada la tarde. Es, sin lugar a dudas, el río que mas capturas proporciona a lo largo del año, pero la presión excesiva dificulta la pesca. En esta temporada, sin embargo la situación es distinta. El exagerado caudal del río, ocasionado por los desembalses de Barrios de Luna, un pantano que a comienzos de temporada estaba casi vacío, aleja de sus orillas a los pescadores tanto de mosca seca como de ahogada y tan solo los de cebo natural consiguen alguna captura.