Baloncesto León se estrella (67-56)

Baloncesto León se volvió de Pamplona con una sonrojante derrota en el zurrón (67-56). Y es que los hombres entrenados por Javier de Grado ofrecieron una imagen espantosa en el Anaitasuna ante un Grupo Iruña que se gustó, sobre todo en el último cuarto. Malos porcentajes de tiro, poca aportación en el rebote y muchas pérdidas de balón impidieron a León meterse en el partido en el segundo tiempo. Sólo un arreón final permitió maquillar ligeramente los guarismos. Tropiezo para olvidar de cara al próximo playoff.

Sin más aliciente que la victoria para prolongar la dinámica positiva, Baloncesto León se plantaba en la capital navarra con la única consigna que ganar. Ya se había encargado Javier de Grado en la previa de meter presión a sus jugadores comentando que «vamos a Pamplona a ganar sí o sí», tratando así de evitar la relajación en sus pupilos.

El encuentro empezó a mil por hora, con dos contendientes que imprimieron un ritmo elevado a sus transiciones, pero con falta de acierto en los primeros compases. El haitiano Robert Joseph se encargó de inaugurar el marcador, aunque pronto respondió Manny Quezada anotando desde detrás del arco de 6,75 (2-3). A pesar de ponerse por delante, Baloncesto León salió algo desenchufado, poco contundente en la pintura y dejando que Grupo Iruña se impusiera en los rebotes, teniendo así dobles y terceras opciones de anotar. Los de Ángel Jareño, con un Robert Joseph inspiradísimo, endosaron un parcial de 11-2, obligando a De Grado a solicitar tiempo muerto a la mesa de anotación (13-5). El minuto técnico del técnico leonés surtió efecto y con cuatro puntos consecutivos de Seawright fue el entrenador de Iruña el que tuvo que parar el partido (13-9). A partir de entonces, intercambio de canastas que dejaron el marcador a la conclusión del primer periodo en el 18-14.

El segundo cuarto no fue mucho mejor que el anterior. Más bien al contrario. Ambos equipos se mostraron excesivamente fallones en el lanzamiento, con malas selecciones de tiro y con numerosas pérdidas que impidieron un balocesto fluído. Baloncesto León se pusó de nuevo por delante con el 20-21, pero fue un mero espejismo. Los guarismos se mantuvieron parejos hasta superado el ecuador del acto (25-23), aunque los leoneses vieron frenada su progresión ofensiva con una férrea defensa indivual, y eso le sirvió a Grupo Iruña para conseguir un parcial de 9-3 y marcharse al descanso con ocho puntos de ventaja (34-26).

No mejoró nada la imagen de Baloncesto León tras el descanso. Grupo Iruña estableció su máxima transcurridos los dos primeros minutos (39-28). Javier de Grado no sabía cómo atajar la sangría local ante un Grupo Iruña que veía aro con mucha facilidad. Las rentas navarras se dispararon hasta lo dieciséis puntos con un 2+1 convertido por Jason Blair (46-30). De nuevo el entrenador leonés tenía que dirigirse a la mesa de anotación para pedir tiempo muerto. Nada funcionaba y Seawright cometía la decimoquinta pérdida de balón que permitía a Jason Blair elevarse y anotar desde el triple (49-32).

Sólo el octavo punto del maragato Javier Múgica maquillaba ligeramente al final del tercer cuarto (53-37).

Y, si alguien esperaba una reacción leonesa en el último cuarto se equivocó. Grupo Iruña se dedicó en los últimos diez minutos a exhibirse ante un Baloncesto León que pronto bajo los brazos (64-41).

Reclamaba orgullo el técnico leonés Javier de Grado en un tiempo muerto, pero los leoneses ayer fueron una sombra del equipo arrollador de otras jornadas y acabaron sucumbiendo por 67-56, maquillando ligeramente los números con la aportación del escolta Manny Quezada. Pero lo cierto es que el Iruña Navarra pasó por encima de un Baloncesto León que cae a la quinta plaza.