Un virus tumba a Nadal

Cuando parecía que había atravesado por completo un túnel plagado de lesiones y reapariciones fallidas durante más de seis meses y por fin veía al fin la luz; cuando su recuperación estaba en camino y su vuelta era un hecho, un inoportuno virus ha propiciado que Rafael Nadal tenga que prorrogar su vuelta.

De nuevo unos problemas físicos retrasan una de los regresos más esperados. Atrás queda una temporada que comenzó con vigor, donde se alzó con el título en Roland Garros, llegó a la final en Australia y logró dos Masters 1.000, pero que se truncó en Wimbledon. Una rotura parcial del tendón rotuliano de la rodilla izquierda y una hofittis imposibilitaban que pudiese completar otra grandiosa temporada. Todo eso ya queda atrás.

En el recuerdo, la posibilidad de ser el abanderado olímpico, del US Open o de una nueva Copa Davis. Eso ya era pasado y tocaba pensar en el presente, que pasaba por Abu Dhabi. Pero ese pequeño traspié ha trastocado su planificación y ha propiciado que la vuelta tenga que ser más tarde de lo esperado.

Y quién sabe si podrá estar en Australia. Porque en este inicio de temporada la superficie es poco favorecedora para sus articulaciones: cemento.

Ya el día en el que volvió a coger la raqueta, a finales de noviembre, se mostró muy precavido con la evolución de la articulación y anticipó como sería el proceso: «Vamos despacio, con cautela, día a día. Veremos si mi cuerpo y la rodilla en particular vuelven a aceptar las cargas y puedo estar compitiendo lo antes posible, pero siempre dentro de la paciencia y la seguridad de que las cosas van bien». Una prudencia que tras un mes de entrenamiento en su tierra natal hay dudas sobre su participación en Australia.