Ríos turbios y fuertes crecidas
A menos de una semana para que se inicie la temporada truchera en León, las lluvias y los vientos que han derretido mucha nieve han dejado los cauces con niveles elevados, fatales para la pesca.
Cauces cercanos al límite como el del río Cúa a su paso por Cacabelos son habituales en estas fechas en la provincia leonesa.
Falta poco más de una semana para que se inicie la temporada truchera en León, son muchos los aficionados que ya sueñan con el siete de abril, día en que se abrirá la temporada en la provincia. Mientras preparan su equipo, revisan cañas, carretes y vadeadores o hacen inventario de sus moscas ordenando debidamente las imitaciones de principio de temporada, no dejan de comentar las expectativas que se presentan.
Los más impacientes no esperaron a la apertura en León y se trasladaron a Galicia, Asturias o a Salamanca que abrieron la temporada el día 17 de marzo, antes de la Semana Santa. La mayoría volvieron de vacío. Los más veteranos recuerdan cuando se abría la pesca el primer domingo de marzo también en los ríos leoneses. Luego se trasladó la fecha hasta el día de San José, 19 de marzo para, en la actualidad, establecer una fecha que coincide con el primer domingo de abril.
Retrasar la temporada puede favorecer la eclosión de las frezas en los ríos con aguas más frías, pero en un año como éste, en el que las crecidas han sido constantes desde el mes de febrero, es más que probable que las frezas se hayan perdido o, como mínimo, hayan sufrido fuertes pérdidas. La fórmula de abrir unos ríos antes que otros se llevó a cabo durante varias temporadas provocando división de opiniones, desde quienes pensaban que era lo mas adecuado hasta los que lo hacían en sentido contrario argumentando que se cargaba la presión sobre ciertos tramos de río. Entre estos últimos había muchos bercianos, pues los tramos del Sil parecían una romería.
Última crecida
Este fin de semana, quienes se acerquen a los ríos, podrán apreciar la última aunque no la mayor de las crecidas consecutivas que se han sucedido a lo largo de finales del invierno y principio de la primavera. Las lluvias y, especialmente los vientos del sur que tiraron mucha nieve, elevaron el caudal de los ríos que en muchos casos, se salieron de su cauce invadiendo los plantíos y las riberas.
En la última semana los pantanos han acumulado tanta agua que, a partir de ahora, tendrán que desembalsar para reservar un mínimo margen en previsión de los deshielos que se avecinan, pues queda mucha nieve. Barrios de Luna, que alimenta al Órbigo, almacenó en una semana nada menos que 10 hm3, y ya rebasa el 86 por ciento de su capacidad total.
Riaño, el mayor de todos, almacenó 22 Hm3 en solo siete días, a pesar de que ha aumentado los desembalses por la cantidad de nieve que tiene todavía acumulada en su cuenca, con lo que ya supera el 72 %. Vegamián (Juan Benet) en el Porma recogió 11 Hm3.
Es el que menos agua almacena con 210 Hm3 de una capacidad de 318 el 66%. Bárcena en el Sil está soltando toda el agua que recibe. Pues almacena el 80 %. Incluso Villameca, que siempre tiene problemas, está soltando toda el agua que entra, pues almacena 18 H3 de 20 totales. Con estas cifras parece previsible que todos comiencen a desembalsar la misma cantidad que entra, por lo que los caudales ya no van a bajar apenas hasta que se abra la temporada y aún después.