COPA CONFEDERACIONES. PARTIDO POR EL TERCER Y CUARTO PUESTO
Buffon consuela a la heroica Italia (2-2)
El veterano portero detiene tres penaltis en una tanda que eleva a los transalpinos al podio de la Confederaciones.

Los jugadores italianos se abrazan a Buffon al final, conscientes de que les había dado el bronce en la Copa.
Los penaltis encumbraron esta vez a Buffon, que detuvo tres, y elevaron a una heroica Italia el tercer peldaño del podio después de un duelo magnífico que enaltece la Copa Confederaciones. Se desquitaron los transalpinos de la derrota contra España y mejoraron con creces su floja actuación en la edición de Sudáfrica’09, donde no pasaron de la primera fase. Los uruguayos maldicen su mala suerte y llora el viejo Forlán, que erró una pena máxima clave contra Brasil por intentar asegurar ante Julio César, y también falló el primero de la tanda porque trató de asegurar con un golpeo duro y al centro y se encontró la soberbia respuesta del portero de la Juventus. Gianluigi, de 35 años, también les adivinó la intención a Martín Cáceres y a Gargano. La ‘Celeste’ repite el cuarto puesto de Arabia Saudí’97 aunque Cavani se reivindicó con dos buenos goles. Aunque la final de consolación es muchas veces indeseada, italianos y uruguayos son dignos, orgullosos y en esencia competitivos. Jamás salen de paseo a un partido en el que defienden a sus países, grande el de la ‘bota’ y diminuto el de la parte oriental del Cono Sur americano.
Sus ritmos de juego pueden decaer pero no es por falta de espíritu sino porque el fuelle de los futbolistas no da para más. Cinco batallas en poco más de dos semanas y con un calor sofocante, sobre todo si el choque arranca a la una de la tarde, hora local, desgastan a cualquiera. Pero sostuvieron una contienda enorme. Óscar Tabárez y Cesare Prandelli rediseñaron sus equipos. Menos el ‘Maestro’, que fundamentalmente apostó de inicio por el interista Gargano para mejorar el centro del campo, y mucho más, por necesidad, el preparador transalpino. Sin Abate, Balotelli, Barzagli y el viejo Pirlo, era una Italia casi experimental. Acertadas las presencias en el centro el campo de Diamanti, un futbolista del Bolonia con clase, desparpajo y determinación en la estrategia, y del milanista El Shaarawy, que aportaba versatilidad y movilidad en el frente de ataque. Resultaba curioso ver a los ‘azzurri’ con dos centrales zurdos. Ocurre con frecuencia que los equipos se ven obligados a jugar con dos diestros, pero es excepcional lo contrario.
Estrategia
El choque de Fonte Nova discurría de inicio igualado, con más pausa que vértigo y ocasiones solo procedentes de jugadas a balón parado, faceta en la que Forlán luce aún más galones que Luis Suárez. Italia golpeó primero en una acción curiosa. Diamanti ejecutó un golpe franco lateral a pie cambiado, Muslera midió mal y el balón le golpeó en la espalda tras dar en el poste. Cuando ya se colaba, remachó Astori. Crecieron los charrúas tras el descanso. Empataron tan pronto como ante Brasil, fruto de una arrancada de Gargano, un pase genial y la definición sutil de Cavani. Como en estático el cansancio pierde relevancia, el subcampeón de Europa esperó su momento con cabeza. Y se adelantó de nuevo tras un golpeo magistral de Diamanti que hizo inútil la tímida estirada de Muslera. Se repuso la corajuda selección celeste y Cavani forzó la prórroga en otro lanzamiento de falta extraordinario. En la prolongación, los sudamericanos perdonaron, el marcador y no se movería y en los penaltis surgió un gran Buffon.