Diario de León

BALONMANO

León tiene otra muralla

El meta serbio Cupara da un nuevo recital bajo los palos y guía otra contundente victoria del Abanca Ademar ante el Puente Genil. Cuando fue cambiado, todo el Palacio se puso en pie para ovacionarle

El meta serbio del Abanca Ademar, Vladimir Cupara, rozó el 60% de efectividad en la portería.  El Palacio se lo reconoció puesto en pie con una gran ovación

El meta serbio del Abanca Ademar, Vladimir Cupara, rozó el 60% de efectividad en la portería. El Palacio se lo reconoció puesto en pie con una gran ovación

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GEORGINO FERNÁNDEZ | LEÓN
León

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Vladimir Cupara. El meta serbio del Abanca Ademar sigue acaparando el protagonismo del equipo leonés. Lleva dos partidos consecutivos firmando unos números espectaculares: el pasado sábado ante el Cuenca terminó con más de un 50% de efectividad bajo los palos y ayer en otra contundente victoria ante el Puente Genil (33-19) rozó el 60%. Su 1,98 de altura y 111 kilos de peso le convierten en el muro balcánico del que ahora puede presumir el equipo leonés.

Pero sería injusto centrar en él todos los focos que ayer iluminaron la brillante victoria del Ademar, segunda consecutiva que le aúpa de momento a la cuarta plaza de la liga. «Los porteros paran cuando las defensas funcionan». La vieja máxima del catecismo del balonmano se consagró de nuevo en el Palacio. Después del accidente del Go Fit —está claro que eso es lo que fue— la defensa del equipo de Guijosa gana enteros con cada partido. Juanjo Fernández y Carou son los pilares básicos de un entramado sólido al que ayer también se aplicaron jugadores no especialmente especialistas en esta faceta como Vieyra, Aguirrezabalaga y Leo Santos. Y todo ello sin pasar por alto el trabajo incansable de los extremos: Carrillo, Huerta y Juanín, que además contribuyeron con 18 tantos. Fiel reflejo de que cuando la defensa funciona sale el contraataque.

¿Los resultados de todo ese trabajo fiable atrás? Fueron evidentes. El máximo goleador del Puente Genil, el lateral Chispi Vázquez, hasta este partido décimo anotador de la liga, se quedó con un único tanto cuando su media era de casi seis. En la primera parte, cuando los de Guijosa dejaron ya sentenciado el envite, el Puente Genil sólo fue capaz de perforar en ocho ocasiones la meta marista. Muy poco para un equipo que también aspira a meterse en zona europea.

Pero está claro que la fortaleza defensiva no sólo identifica a este Ademar, también sienta las bases de su juego. Lo comprobó muy pronto Barbeito, el técnico rival cuando poco después de los primeros cinco minutos tuvo que pedir su primer tiempo para frenar la seria salida del equipo Guijosa que y a se había ido con un 4-0 en el marcador. Tardó ocho minutos el Puente Genil en batir a Cupara y fue tras un fallo en ataque del equipo leonés.

Pero el Puente Genil no había venido de turismo. Apretó en defensa, al Ademar le cuesta ver huecos y encaja un parcial de 1-4 que pone las cosas mucho más apretadas: 5-4. Ahora es Rafa Guijosa quien pide tiempo para reclamar a sus hombres tranquilidad y más precisión en los ataques. Relevó a Juanjo Fernández del ataque —empeñado en exceso en percutir por el centro— y con Mikel el ataque gana en soltura. Ese 5-4 fue el canto del cisne del Puente Genil.

Con Acacio manteniendo el tipo como central, la primera línea del Ademar fue un mecanismo bien engrasado: siete dianas el argentino Vieyra (enorme el partido del internacional albiceleste); cuatro del propio Acacio —el brasileño juega cada vez con más cabeza olvidándose de acciones atolondradas— y tres de Mikel, incluido el que firmó en el último segundo de la primera mitad permitieron al equipo leonés irse al descanso con un 16-8 que dejaba el envite sentenciado. En la segunda, el Abanca Ademar no levantó el pie. La brecha se abrió hasta los catorce goles e incluso el meta Nacho Biosca estuvo magnífico cuando relevó a Cupara. «Le debemos un partido a la afición», dijo Guijosa en la previa. La deuda está saldada.

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