Y en el Palacio, campeones

Las gradas del Palacio de Deportes iban recibiendo a los aficionados en tarde en la que se competía con el vecino estadio Reino de León y su deporte rey. Aquí, tras la maña trabada en escultura de Muñiz Alique, esperaba la última gran cita, a título individual, del que es más que deporte: El Trofeo Diario de León Campeón de Campeones de la Lucha Leonesa que patrocina la Obra Social de La Caixa.

Había algunas certezas de quienes no podrían agarrarse a los cintos, como Javier Oblanca, con dedo desencajado (no faltó a esa grada el de Villabalter), o El Rubio, con su lesión de hombro... Otros habían anunciado la posibilidad de no estar, como el campeón de medios, Moisés Vega, no podía luchar tampoco la campeona de ligeros, Ana Fernández, y quedaban dudas: ¿el canario vendrá?, ¿cómo está Clemente?... No viajó a León Javier Ledesma, no faltó a su lucha El Junco... y no faltó tampoco una campeona como Marta Llamazares, que cruzó una Europa convulsa para pelear en los dos pesos donde tenía plaza, aunque no fue su oportunidad.

Fue, una vez más, la de Miriam Marcos. La de Montejos, que no había dado a la afición más oportunidad de disfrutar su luche que en el corro de liga de La Virgen del Camino (que ganó en ligeros) y el Provincial de Boñar (que ganó en medios), optaba al título en ambas categorías. Una vez más, lo consiguió en ambas.

En el primer peso le ganó Miriam la final a su compañera Noelia Morala, remontando con dos enteras la media inicial de La Artillera. En el segundo, la final era con Marta. Se midieron como nunca, tanto, que forzaron la amarilla compartida por doble pasividad. Luego dio su entera Miriam, tras ella, ya con pocos segundos en el crono, la suya la de Valderrueda. Ganó la primera dada en el Trofeo Campeón de Campeones que patrocina la Obra Social de La Caixa.

Marta volvía a pelear en pesados (también se ganó la doble participación con corros ganados en dos categorías en liga). Semifinal con la campeona de la temporada, María Rubiera, a favor de quien resolvía decisión arbitral. Y la final: una brava de Puentealmuhey, Édili García, logró justa recompensa.

Con la ausencia de Moisés Vega en la categoría de medios, sólo un campeón estaba en condición de completar el triplete en la temporada: los títulos de la Regularidad, el Provincial y el de los Campeones. Era Ibán Sánchez. El hecho de que lo consiguiera es grande; cómo lo hizo, y ante quiénes, merece descubrirse.

¿Ante quién Ibán en la final de ligeros? Ante David Acevedo. El de Felechas se había impuesto a Diego Vega en la segunda semifinal, uno de esos combates que no contarán para el relato, pero que se disfrutó como ocasión de las singulares. Teje daba la primera entera, Filín, remontaba con entera, media y nueva entera. Quedaban ganas de seguir viéndoles a los cintos.

Firme y resolutivo por su senda el de Barrillos, en su primer combate con «Puro» González, (se impuso Ibán con media y entera), impresionante en la semifinal con Daniel del Blanco (dos enteras limpias, una de ellas con tranque que a buen conocedor le recordaba como empezó a dárselos Serrano a Cayo), y señor en la final con David Acevedo, de la que, ganada por dos enteras a cero, salía pidiendo la foto para Filín, «que éste es de los que ahora cuentan». Y abrazaba a Vìctor Llamazares diciendo: «porque éste no está ya en el peso, si no...».