Diario de León

EL REPORTAJE ■ EL ATLETISMO EN LA VENAS

Uniforme militar, corazón de atleta

Una vida a la carrera. Hace ocho años ingresó en la UME y desde hace 21 lleva el atletismo en la sangre. Profesión y devoción se dan la mano en un deportista que incluso saca tiempo para enseñar en las Escuelas Deportivas de La Virgen

Jorge Manuel Pérez.

Jorge Manuel Pérez.

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MIGUEl ÁNGEL TRANCA | LEÓN

Lleva el atletismo en la sangre, una pasión que compagina con su trabajo en la Unidad Militar de Emergencias y que desde los 13 años cuando se puso la primera zapatilla para correr le ha reportado innumerables alegrías, amigos y también éxitos. Ganar no lo es todo en la vida. Eso lo tiene claro Jorge Manuel Pérez que con 34 años aún tiene cuerda para rato. Sigue disfrutando de lo que más le gusta y además… ganando. Su último éxito data de apenas unos días cuando se colgaba la medalla de plata junto a sus compañeros de selección española en el Campeonato de Europa militar de cross.

Para este vecino de La Virgen nada es imposible. Y menos compaginar una agenda que para muchos de los mortales sería imposible de acometer. UME en el cuartel del Ferral del Bernesga y salidas cuando incendios, catástrofes y otros acontecimientos así lo requieren, le dejan también hueco para el entrenamiento (incluso emplea el tiempo del lugar de trabajo a su casa para correr), disfrutar de la familia (su mujer Susana y su hijo Jorge) y para al menos durante dos tardes a la semana enseñar en la Escuela Municipal de La Virgen del Camino. A todo eso se añade la competición los fines de semana. Y al más alto nivel y exigencia para un atleta que disfruta corriendo pero también luchando por los podios. Y ya acumula muchos.

«Llevo todo bastante bien. Hay que tener fuerza de voluntad, querer hacerlo y también encontrar la ayuda de los que te rodean, desde los mandos y compañeros de la UME a mi familia, amigos y a los compañeros de club en el que compito, el Fisiorama Drasanvi», precisa Jorge para el que el atletismo ha sido siempre una forma de ver la vida y crecer como persona. «A mi siempre me han gustado los deportes. Y si he de ser sincero tengo que decir que lo que más me apasionaba era la bicicleta. Pero al ir al Colegio Leonés allí no podía practicar esa disciplina porque no había y entre las actividades extraescolares que ofrecían estaba el atletismo. Este deporte también me gustaba sobretodo al verlo por la tele y decidí probar. Fíjate que casi estuve a punto de dejarlo porque no me veía. Así que fui a decírselo al por entonces responsable de las actividades deportivas del centro, Pepe Estrada. Y gracias a él no lo dejé porque me dijo que el entrenador me había visto maneras. Así que decidí seguir y ya en la primera carrera que corrí, un cross, hice cuarto. Eso me animo más y hasta día de hoy», precisa Jorge que no se olvida de la formación que tuvo en las Escuelas Deportivas de León ni de un entrenador «que gracias a él di un salto de calidad importante» como José Enrique Villacorta.

Inef y luego la Unidad Militar de Emergencias han marcado su vida pero siempre con el atletismo como compañero de viaje. «El atletismo me ayudó a decidirme por encaminar mis estudios hacia Ciencias de la Actividad Física y el Deporte donde también aprendí que lo que estaba asimilando podía enseñarlo a los más pequeños (desde hace más de una década es el profesor en las Escuelas Deportivas de La Virgen del Camino)», apunta un atleta que tras su paso por la Universidad decidía enfocar su carrera profesional hacia el mundo militar. Y en este caso la UME. «Me fascinó lo que estaban haciendo ayudando a gente en momentos complicados. Trabajé duro para entrar en ella y lo logré hace unos ocho años». Eso sí, siempre sin olvidar el atletismo. «Nunca lo he dejado atrás porque ha sido un compañero que me ha posibilitado crecer en todos los sentidos, en especial como persona».

A pesar del trabajo Jorge encuentra tiempo para poder entrenar. «En la UME también tenemos cada día actividad física en el cuartel y yo la aprovecho para afinar mi puesta a punto. Ser militar no significa que tengas que estar las 24 horas del día haciendo una cosa. Tienes tiempo para otras y en mi caso el atletismo colma mis aspiraciones. Los mandos y compañeros saben que el deporte es también mi pasión y lejos de ponerme trabas me animan. Incluso alguno me pica y me dice a ver si gano esta u otra carrera. Son gente maravillosa con la que desde hace ocho años convivo y que disfrutan también con mis éxitos». Su familia también comprende y respalda que algunas de sus horas libres estén dedicadas al deporte, tanto su mujer como su hijo que acuden a muchas de sus carreras. «Las que por cercanía son factibles. Son mis mejores y más fieles fans. Nunca me han dicho que este deporte nos roba tiempo para estar juntos. Todo lo contrario. Y a ellos les dedico lo que consigo».

Precisamente esos logros son muchos. Tanto en el campo a través como en el asfalto o la pista. También en las carreras de montaña. Su palmarés es envidiable. Pero aún aspira a más. «Creo que me queda cuerda para rato. Mientras siga disfrutando del atletismo lo seguiré practicando. Para mí es una forma de vida, un compañero de viaje que me ayuda a seguir adelante». Para Jorge Manuel Pérez la vida se viste de tres trajes, el militar como integrante de la UME, el familiar y el de la camiseta y zapatillas cuando sale a correr. Tres pasiones para un atleta-militar con identidad propia.

Su próximo reto será una carrera, a la que seguirá otra …. Eso sí, para este atleta le corazón y devoción sus mejores escenarios están fijados para los meses de otoño, invierno y primavera. «Es donde mejor rindo y también los que por disponibilidad puedo afrontar las carreras. En verano con los incendios estamos mucho tiempo fuera del cuartel y a veces las emergencias impiden que puedas planificar donde vas a correr. Por eso prefiero dejar el verano para mi trabajo y la familia. El resto del año el atletismo vuelve a tener un espacio importante. Y que así sea por muchos años».

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