«Más pronto que tarde volveré a casa»

No eran las navidades de 1989 ni la Rumanía de Ceaucescu, pero los jugadores españoles (6) que habían firmado tres meses atrás por el Dínamo de Bucarest huían de la capital rumana viendo lo que allí ocurría. Las promesas realizadas para firmar por este histórico del fútbol de los Cárpatos se quedaron en eso, en promesas. Y la colonia española era amplia. Allí estaban dos ex blanquiazules: René Román y el ponferradino Borja Valle. Este último, ahora en su casa de El Bierzo, lamenta lo ocurrido, aunque se lo lleva como una experiencia más: «Ahora estoy más tranquilo, asimilando toda la situación y lo que ha sucedido. Es difícil darle crédito a lo que vivimos en Bucarest. Nadie pensó nada parecido, más bien todo lo contrario. Todos fuimos con mucha ilusión y ganas, pero a las dos semanas ya empezamos a ver que las cosas se torcían. Todo lo prometido empezaba a desvanecerse».

Curiosamente el presidente del Dínamo de Bucarest, que quiso pagar a los jugadores españoles con un cheque falso, estuvo a punto de comprar la UD Almería -próximo rival de la Deportiva- hace un tiempo. «René, que jugó conmigo en Rumanía, y que en las dos últimas temporadas había jugado en la Deportiva y en la UD Almería, me dijo que gracias a Dios que llegó antes el jeque», apuntaba Borja en Es Radio Bierzo.

El berciano recuerda sus cuatro temporadas en A Coruña y en cómo terminó todo: «Quería cambiar de aires y por eso me fui a Bucarest. Duele más porque arrastras a tu familia y tenía la ilusión de jugar en el extranjero. Gracias a Dios nunca me han faltado ofertas y tenía otras del fútbol español, pero necesitaba salir de aquí. Me duele mucho lo que pasó en A Coruña. Es mi casa, a pesar de cómo terminó en lo deportivo».

En cuanto a un posible regreso a la SD Ponferradina, Borja está seguro de que llegará, aunque no parece que vaya a ser de forma inmediata. El asunto del límite salarial también complica las cosas: «Sí ha habido opciones de volver a la Deportiva en todo este tiempo desde que me fui hace casi nueve años. Con el presi tengo muy buena relación y hablamos muy habitualmente. Ahora yo no he pensado en lo que voy a hacer. Estoy seguro de que antes o después volveré a casa. Pienso que más pronto que tarde. Hace muchos años que no juego en El Toralín como local. El camino me alejó de casa, pero cada día que pasa estoy más cerca de volver».