El Ademar rescata un punto insuficiente

El Abanca Ademar León consiguió rescatar un punto en feudo de un BM Logroño La Rioja que sorprendió a los de Cadenas con un primer tiempo casi perfecto en los que logró una suculenta renta antes del descanso (18-13). Sin embargo en el reinicio los leoneses mostraron una de sus mejores versiones y conseguirían remontar el resultado para llegar aun final a cara o cruz donde los locales malgastaron un penalti a falta de ocho segundos (30-30).

El choque comenzó a muy buen ritmo y protagonismo de los dos porteros pues Saeid Barkhordari inauguró el cronómetro con una gran parada al extremo y el local Jorge Pérez respondió con otra incluso más buena, desde muy cerca a un centrado Miñambres. Después ambos consiguieron anotar su primer tanto de la tarde pero las porterías no dejaron de acumular buenas sensaciones y tanto Barkhordari como Jorge Pérez volvieron a lucirse, por lo que llegados al minuto cuatro un corto 1-1 lucía en el luminoso. Así un rápido primer tiempo muerto del entrenador local Miguel Ángel Velasco, al que no le gustaba lo que veía y cuyo banquillo ya había visto una amarilla, no evitó que la igualdad se mantuviera en el siguiente tramo, aunque ahora con mucha más efectividad en las finalizaciones (3-3 en el 6´).

Los riojanos seguían jugando a favor de marcador con distancias mínimas y eso se mantendría muchos minutos, después de una fase de buenos ataques pero donde los postes a ambos lados de la pista y las intervenciones de los porteros tuvieron especial relevancia (6-6 en el 11´).

Sin embargo dos nuevos tantos de El Korchi, que estaba siendo hasta el momento el gran estilete local, y de nuevo la mala fortuna leonesa en forma de palo abrieron la brecha a dos goles. Un punto de inflexión que se haría mucho más grande gracias a la mejora defensiva local y a su buen juego ofensivo tanto a la carrera como en estático que le permitió marcar desde muy cerca. En los siguientes diez minutos un parcial favorable al BM Logroño La Rioja de 7-1 dejaba a los de Manolo Cadenas muy tocados cuando todavía quedaba un buen trecho para el paso por los vestuarios (13-7). El tiempo muerto obligado de Cadenas devolvió algo de tranquilidad a los suyos y por fin el equipo puso fin a la sequía, pero la mejora no tuvo continuidad y los locales volvieron a hacer dos goles seguidos con mucha facilidad (máxima con el 16-8 en el 35´). Ahora no se trataba solamente de jugar con la incomodidad de hacerlo por detrás en el marcador, sino que se debía remontar un resultado ciertamente desfavorable, lo que significaba desgaste y tensión hasta prácticamente el final de la contienda.

En los últimos compases el equipo jugó mejor, también porque lo hizo en superioridad, y entonces su seis cero logró frenar mejor las acometidas riojanas, pero no tuvo la continuidad esperada y el último minuto de la primera sería muy malo. Al descanso 18-13 y con un siete metros fallado por los locales con el reloj a cero.

La bronca de Manolo cadenas en el receso debió ser grande porque en el reinicio su equipo salió con otra actitud bien distinta, mostrando mejores piernas y más querencia al contacto físico para defender con mucha intensidad. Pero también con un ataque más certero y vertical, con Boskos y Milosavljevic brillando en los primeros seis minutos para rebajar la distancia de manera considerable (21-19).

Con el marcador tan ajustado el partido se endureció notablemente y los colegiados tuvieron muchísimo trabajo, lo que provocó que entraran en juego numerosas superioridades. Eso sí, el Logroño se lo dejó todo en este tramo y logró recuperar sensaciones positivas, pero en ningún caso dominar ni controlar a un Ademar desatado que al filo del descanso amenazaba con una remontada (24-23) que completó a falta de nueve para la conclusión del partido (26-27).

En ese momento tan delicado el equipo de Miguel Ángel Velasco no se vino abajo y valiente se fue al intercambio de golpes sin miedo a qué pudiera ocurrir, aunque más de uno en la grada recordó la última remontada ademarista ante los riojanos. El duelo llegaría a sus minutos finales con mucha emoción y tensión, con alternativas en el marcador y con los ataques siendo superiores a las defensas. El caso es que todo se decidiría en el último medio minuto con 30-30 y después de que ambos fallaran en sus últimos ataques. Así, en la última posesión y a falta de 8´´ los riojanos ganaban un penalti pero lo malograban y el Ademar no conseguía marcar a la desesperada.