Reválida con ruido de fondo
La selección española, sacudida por el ‘caso Rubiales’, está obligada a ganar en Georgia para enderezar el rumbo hacia la Eurocopa y reforzar a De la Fuente
España realizó ayer un entrenamiento atípico ante la falta de las botas y los guantes de los jugadores. SEFUTBOL
Aunque el concepto de furia española aplicado al fútbol pasó a la historia con la irrupción del tiqui-taca, el título de la célebre novela de William Faulkner viene que ni pintado para enmarcar el partido trampa que La Roja disputa hoy frente a Georgia en Tiflis (18.00 horas, La1).
El combinado que dirige Luis de la Fuente, sacudido por el ‘caso Rubiales’, necesita la victoria para enderezar el rumbo en su camino hacia la Eurocopa que se celebrará el próximo año en Alemania y reforzar, de paso, el crédito del seleccionador nacional, zaherido por unos aplausos al caído dirigente que le han colocado entre la espada y la pared menos de tres meses después de conquistar la Liga de Naciones.
La derrota sufrida a finales de marzo ante Escocia en Hampden Park (2-0) convierte el duelo de este viernes en una especie de prematuro ‘match ball’ en contra para España. Cuarta clasificada del Grupo A con los tres puntos logrados frente a Noruega (3-0) en la puesta de largo de De la Fuente como magro bagaje en los dos encuentros que ha afrontado hasta la fecha, La Roja está obligada a asaltar el Dinamo Arena para no perder comba en una llave que lidera la ‘Tartan Army’ con un pleno de victorias en sus cuatro enfrentamientos, seguida por Georgia y Noruega, empatadas ambas con cuatro puntos, aunque con uno y dos partidos más completados que España, respectivamente. Los dos primeros de grupo obtendrán billete para el Europeo, por lo que hay margen para revertir la situación, pero España no puede permitirse otro paso en falso. Y mucho menos con el ruido extradeportivo que la envuelve.
Porque resulta imposible separar el pleito en Tiflis de la tormenta que azota a la Federación Española de Fútbol desde que el beso no consentido de Luis Rubiales a Jenni Hermoso al término de la final del Mundial femenino pusiese patas arriba al ente. Con el motrileño apartado provisionalmente de la poltrona por la Fifa y denunciado por la futbolista, Pedro Rocha encabeza por primera vez la delegación encargada de respaldar a un bloque en el que casi todos los focos apuntan a De la Fuente.
Por ello, y más que nunca, lo normal es que el seleccionador se rodee de sus pretorianos. Unai Simón mantiene una ligera ventaja sobre Kepa en la pelea por la portería. Carvajal apunta al lateral derecho y la veteranía de Gayà se antoja un punto a favor en la disputa del alicantino con Balde por el costado zurdo. Le Normand retendrá su puesto en el eje de la medular, donde la gran duda es si el tocado tobillo de Laporte permitirá al seleccionador reeditar la afrancesada dupla de centrales que se estrenó en la Final Four de la Liga de Naciones. Rodri retendrá la batuta en la medular, probablemente con Merino como socio en el doble pivote.
El buen momento por el que atraviesan Asensio y Dani Olmo les perfilan como puñales por los flancos dentro de una línea de tres que devolverá a Gavi la condición de enganche. Y Morata ejercerá como punta de lanza, con la misión de mantener la racha ante un rival que no es, ni mucho menos, una perita en dulce.