Un rival idóneo para recuperarse

Tras el tropiezo en la jornada inicial, España se presentó ante Rumanía con la duda de cual sería su respuesta desde el punto de vista mental y con el objetivo de ganar, recuperando sensaciones y confianza.

Aún pagó en el comienzo el amargo recuerdo del primer partido, tardando en ajustar su defensa al ataque de Rumanía, mientras que ofensivamente sí que mostraba una mejor fluidez ante un bloque 6-0 rumano que no era el croata tampoco. Fue a partir del 8-8 cuando la actuación de Gonzalo en portería y un par de contras dieron alas en el marcador a los hispanos y la tranquilidad necesaria para, con un parcial de +6, irse al descanso con ventaja clara.

La segunda parte no cambiaría el guion. Los Hispanos, guiados por Ian Tarrafeta, movían con mayor velocidad el balón en ataque y superaban con mucha facilidad una endeble defensa rumana cuando había ataque posicional, sobre todo por los extremos. En el área contraria a los pupilos de Xavi Pascual les costaba trabajo anotar y probaron un ataque 7-6, mal ejecutado para desesperación de su entrenador, y que permitió a España anotar a puerta vacía varios goles. Victoria final holgada en la que Jordi pudo administrar jugadores pensando en la exigencia que nos viene por delante, que queda ligeramente empañada por otra posible lesión para todo el campeonato, de Kauldi, y que devuelve la sonrisa a unos Hispanos que se jugaran el pase a la segunda fase ante Austria.