El peso de jugar la Champions

Números cantan. Cuando el equipo de Del Bosque disputó su último compromiso de la Copa de Europa, en el que no pasó de un pobre empate ante el Lokomotiv, en el Bernabéu, ocupaba la sexta posición en la Liga con 21 puntos después de 5 victorias, 6 empates y 1 derrota en doce partidos. Se hallaba entonces, a mediados de diciembre, a nada menos que 8 puntos del líder la Real Sociedad, 4 del Valencia, 3 del Celta y 2 de Betis y Mallorca, al que acababa de derrotar por 1-5 en Son Moix. Un mes después, el Madrid ha dado un vuelco a la Liga, se ha aupado hasta la segunda posición, a un punto de la Real Sociedad, y ha abierto una brecha importante sobre sus perseguidores. Y ello gracias a cinco victorias seguidas con un balance de 15 goles a favor y 5 en contra. Desde que se olvidaron de forma provisional de la conquista de la «décima», las estrellas merengues se impusieron en casa al Recreativo, Valencia y Sevilla, en partido aplazado que abrió el año, y como visitantes al Málaga y Celta. Y la sobresaliente racha del Real Madrid puede y debe continuar ya que antes de que se reanude la Liga de Campeones, el 19 de febrero, tiene que jugar otros cinco compromisos: ante Atlético de Madrid y Betis, en Chamartín, y contra Athletic, Espanyol y Osasuna a domicilio. De momento, el equipo blanco está a sólo una victoria del récord de triunfos consecutivos en esta Liga, en poder del Mallorca de Gregorio Manzano con 7, y a dos victorias seguidas de la plusmarca que ostenta con Del Bosque como entrenador. El Real Madrid, además, ya suma 11 jornadas sin perder, a una de su mejor registro como invicto con el técnico charro. Resulta indudable, por tanto, que los blancos despegan como un cohete cuando están liberados en Europa. Acostumbrados muchos meses a la rutina hotel, avión, entrenamiento, partido, se les oxigena mente, pulmones y músculos cuando sólo afrontan un compromiso a la semana. Ahora, como dijo Del Bosque tras ganar en Balaídos, el Madrid destaca no sólo por su calidad individual sino también por su espíritu de lucha. Incluso el Madrid parece ahora un equipo más trabajado tácticamente y mucho mejor y más atento y solidario en el aspecto defensivo. Pese a las críticas, las estadísticas demuestran que del Bosque acertó al prescindir de Cambiasso, que arrancó muy bien pero se fue diluyendo, y dotar de un aire más conservador el centro del campo con Makelele y Flavio. Ronaldo ya tiene continuidad El brasileño, cuestionado desde su fichaje procedente del Deportivo, ha logrado la continuidad que las lesiones le impidieron y puede presumir de que el Madrid ha ganado los siete partidos en los que jugó como titular. Cambiasso y, sobre todo Guti, aportan más calidad y toque al centro del campo, pero con dos pivotes destructivos los Zidane, Raúl y Ronaldo se sienten más cómodos. Otro aspecto fundamental en la progresión merengue es el excelente funcionamiento de la pareja de centrales que forman Helguera y Pavón. El cántabro, que pese a todo prefiere jugar en el centro del campo, ha demostrado que es el mejor sucesor posible de Hierro. Si todo sigue así, parece que el Madrid y la Real Sociedad están dispuestos a reeditar los intensos mano a mano que protagonizaron en los primeros años 80.