Diario de León

BALONMANO

Líder, brillante y prometedora

España se tomó una revancha merecida frente a Yugoslavia (22-20) en la tercera jornada del Mundial de Portugal, cargada de mensajes e importante para los cruces de acceso a semifinales, pues esta victoria le va a colocar como primera d

Colón y Juancho defienden a Jovanovic en un ataque yugoslavo

Colón y Juancho defienden a Jovanovic en un ataque yugoslavo

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Tomás Crovetto - GUIMARAES.
León

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Desplazada Yugoslavia, el único adversario de entidad del grupo, los españoles pueden afrontar la próxima semana con la certeza de medirse, en el primer cruce con Qatar, presumiblemente. Toda una perita en dulce, que dejaría las puertas abiertas para estar, al menos entre los 8 primeros. La solidez defensiva se convirtió en el mejor argumento de los españoles para sujetar a su rival. Argilés repitió el 5-1, con Masip adelantado, que volvió a mostrarse como el cemento. Tanto, que frenó el enorme poder lanzador yugoslavo, mientras adormecía la maestría del central del Portland San Antonio, Nedelko Jovanovic. Con España amurallada atrás, que le permitió que en el primer periodo nunca estuviese con desventaja en el marcador, comenzaron a desatarse diversos duelos de interés. Peric y Barrufet, como se esperaba, sacaban balones casi imposibles, sobre todo el primero, que mandó muy pronto al banquillo a Fernando Hernández, detuvo dos penaltis y sólo el atrevimiento de Iker Romero le taladró su puerta. Otra pelea iba a ser ganada por España. Talant Dujshebaev, desde el central, dirigió las operaciones con su habitual maestría, para repartir juego y, con sus goles, sostener al equipo nacional por encima de su adversario. El 6-0 yugoslavo, que empleó ante el menor poder lanzador de España, le salió rana al técnico Zoran Kurtes. Manolo Colón desde el pivote e Iker Romero, en los minutos finales, aceleraron a España con un parcial de 3-0 hacia un 12-9 esperanzador al descanso. Kurtes cambió su defensa al 3-2-1 y el partido entró en otra dimensión, pues los españoles hubieron de poner sobre la cancha su calidad individual. Si en la primera parte el choque lo dominó España con un destacado juego colectivo, en la segunda se demostró la calidad individual, con Barrufet colosal, Entrerríos otra vez poderoso, Talant usando el cerebro y un valiente Colón desde el pivote. España volvía a recuperar los 3 goles de ventaja (18-15) a un cuarto de hora del bocinazo. El equipo de Argilés entraba en la fase decisiva del choque con los mejores síntomas y, sobre todo, dominando la situación y el tanteador. De forma preocupante, España se frenó. Estuvo más de 6 minutos sin anotar y su adversario recortaba la ventaja. Pero la solidez de Barrufet, que detuvo un penalti trascendental a Milovsavljevic, para evitar un empate, y un tanto de furia de Colón, que saltó como un león a por un rebote dentro del área, recuperaron al conjunto español.

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