Van Almsick admite que sufrió anorexia a causa de la presión

La nadadora alemana Franziska van Almsick ha admitido que durante años sufrió anorexia, según ella a raíz de la presión mediática sobre su rendimiento, y que su propia familia padeció las consecuencias del fulgurante inicio de su carrera. «En el deporte de alto rendimiento parece estupendo, en contra de lo normal, que tu no peses nada, por la resistencia al agua», cuenta la nadadora, quien anunció su retirada tras los Juegos de Atenas al no haber alcanzado su objetivo de medallas. Hacia 1995, cuando se preparaba para los Juegos Olímpicos de Atlanta, a veces se alimentó «con una manzana, o apenas media» en su propósito de bajar peso, recuerda ahora, en una entrevista a la revista Stern. A nadie pareció importarle que, con 1,80, pesara apenas 60 kilos, apunta. Fue ella misma quien, en invierno de 1998, decidió recurrir a ayuda profesional y terapias para salir de esa situación. Protagonista de su libro El tema de la anorexia es el centro de su libro de memorias, que saldrá a la venta a finales de semana. Van Almsick se convirtió en la «niña mimada» de la natación tras su irrupción en los Juegos de Barcelona, en 1992, en que con catorce años logró dos platas y dos bronces. Luego vinieron seis oros en los Europeos de Sheffield, en 1993, que la catapultaron, con su físico de adolescente de nariz respingona, a ser figura omnipresente en los medios y vallas publicitarias. A ese éxito inicial siguió una etapa plagada de altibajos y decepciones, que empezó en Atlanta.